La calidad general que tiene un Audi A4 1.9 TDI está ligeramente por encima de sus rivales de marcas como Citroën, Ford o Renault, en cuanto a nivel de acabado, materiales utilizados y ajuste de todos los elementos. Pero resulta difícil valorar en qué medida se puede justificar también su mayor precio.

El motor 1.9 TDI de inyección directa y 131 CV sigue marcando la referencia por relación entre prestaciones y consumo (aunque las diferencias con otros motores son cada vez menores). Es un motor potente, muy elástico y extraordinariamente económico, aunque también es ruidoso y vibra más que otros motores como el 2.2 HDi que utilizan el Citroën C5 y el Peugeot 406.

El Audi A4 1.9 TDI es un coche muy agradable de conducir, su relación entre estabilidad y confort es buena, el motor tiene un funcionamiento ejemplar, el puesto de conducción es ergonómico y el manejo de todos los mandos resulta satisfactorio. También se sitúa un escalón por encima en cuanto a seguridad al tener de serie control de estabilidad (no disponible, ni como opción, en otros modelos similares como el Alfa 156 2.4 JTD, Peugeot 406 2.2 HDI o Saab 9-3 2.2 TID, entre otros) y hasta 8 airbag (los laterales traseros opcionales). Al volante transmite unas sensaciones muy parecidas al Volkswagen Passat 1.9 TDi 130 CV, un modelo con el que comparte el motor y muchos elementos mecánicos.

El aspecto más criticable es su habitabilidad, escasa para un coche de 4,5 metros de longitud, sobre todo en la cota de anchura y en el espacio para las piernas en las plazas traseras. Es una berlina suficientemente amplia para viajar con cuatro pasajeros adultos pero pequeña para cinco.