Toyota Proace Verso (2016) | Impresiones del interior

12/06/2018 |Enrique Calle (@QuiqueCalle)

Plazas delanteras

El puesto de conducción es el clásico de un vehículo de este tipo, pero quizá se puede ir sentado un poco más bajo que en un Volkswagen T6 o en un Mercedes-Benz Clase V. Con todo, el asiento está en una posición muy elevada y, para llegar a él, conviene hacer uso de un escalón que hay en el umbral de la puerta.

Las piernas van en un ángulo próximo a los 90 grados y la visibilidad hacia delante y en tres cuartos es buena, si bien la superficie acristalada no es particularmente grande (en un Volkswagen T6 parece que hay más cristal alrededor). El volante (imagen) no queda muy tendido y se maneja con facilidad. Si el cambio de marchas es automático, no hay palanca selectora, sino un mando circular adosado al salpicadero (imagen).

El diseño del salpicadero es sencillo dentro de la modernidad. Es ordenado, sin filigranas innecesarias y por ello facilita al conductor concentrarse en su tarea. Lo que no nos convence es la pantalla táctil opcional (imagen) puesto que es de mala calidad y su funcionamiento no es fluido.

En las plazas delanteras hay mucho sitio para guardar objetos, como dos guanteras delante del asiento del acompañante (imagen e imagen), un cajón sobre la parte central del salpicadero (imagen) o varios receptáculos en las puertas situados a distinta altura (los inferiores quedan un poco lejos del alcance y hay que doblar mucho el tronco para llegar a ellos, imagen). Entre los asientos no hay ningún hueco, sino que queda una especie de pasillo (imagen) para pasar a la parte posterior sin salir al exterior (siempre que no se monte la plaza estrecha adicional).

Espacio para ocupantes

En km77.com hemos probado un PROACE Verso Family con carrocería de longitud intermedia (4,96 metros). Según hemos comprobado, en su interior caben bien ocho adultos de unos 1,80 metros y complexión normal. El espacio para las piernas disponible en la segunda y tercera fila de asientos no es muy grande, pero sí suficiente para sentirse cómodo, y la altura es generosa. En la versión de carrocería corta, hay poco sitio para las piernas de los ocupantes de la última fila; por ello, si se van a utilizar habitualmente todas las plazas es mejor optar por las carrocerías más largas.

La anchura para los hombros no es enorme (es mayor en un Mercedes-Benz Clase V o en un Volkswagen T6) y, en consecuencia, sus ocupantes quedan cerca entre sí; e incluso se pueden rozar con los brazos a poco que sean voluminosos. Serían de agradecer unos cuantos centímetros más de anchura interior para conseguir un confort óptimo.

La configuración de la segunda y tercera fila de asientos cambia en función de la versión elegida. En las versiones Shuttle hay dos bancos que van anclados al suelo y no se pueden deslizar. En las versiones Family, los asientos están un poco más elaborados, sus respaldos tienen regulación independiente en inclinación y van montados sobre carriles (imagen), que permiten desplazarlos en dos partes (una de una plaza y otra de dos) para configurar el interior según las necesidades concretas. 

En las versiones VIP, se reemplazan uno de estos bancos de tres plazas por dos butacas independientes con reposabrazos y, entre medias de esas butacas, puede haber una mesa desplegable y con varios huecos para depositar objetos.

Todos los asientos van a la misma altura y muy elevados respecto al piso. Eso hace que la posición en ellos sea muy erguida y que las rodillas queden en un ángulo próximo a 90 grados (algo que no suele ocurrir en un monovolumen tradicional, donde los ocupantes de la última fila llevan las rodillas casi a la altura del pecho).

Sólo hay reposapiés (o una especie de escalón que sirve para ello, imagen) en las plazas laterales de la segunda fila de asientos. Salvo en las vesiones VIP, sólo hay reposabrazos integrados en los asientos para el conductor y acompañante. El resto de ocupantes a veces tienen la sensación de que no saben qué hacer con los brazos.

Detalles de la segunda fila de asientos

El acceso a la segunda fila de asientos es muy cómodo, ya que las puertas laterales correderas dejan un hueco muy amplio para pasar (imagen). Opcionalmente, pueden tener un mecanismo para abrirlas y cerrarlas automáticamente, operación que se puede hacer bien desde unos botones dispuestos en el interior —en las plazas delanteras (imagen) y en la segunda fila (imagen)— o en el mando a distancia del vehículo).

El equipamiento a disposición varía mucho en función de las diferentes versiones. En nuestra unidad había mesitas (imagen) y redecillas tras los respaldos de los asientos delanteros, una toma de corriente de 12 V (imagen) y otra de 220 V (imagen), mandos para regular la temperatura y el caudal del aire (imagen), puntos de luz y cortinillas en las puertas.

Detalles de la tercera fila de asientos

Para acceder a la tercera fila de asientos es necesario abatir los respaldos de los de la segunda, operación que se hace con sencillez. Aunque el hueco liberado es mayor que en muchos monovolúmenes (imagen), no lo es tanto como para que la operación sea del todo sencilla, sobre todo para personas que tengan movilidad reducida o poca agilidad. En las versiones Family y VIP, el acceso es un poco mejor, ya que los asientos de la segunda fila se pueden desplazar sobre un carril, liberando un espacio un poco mayor. Los ocupantes tienen a su alcance los mandos necesarios (una tira de tela y una palanca, imagen) para desplazar y abatir los asientos que tienen delante.

En última fila de asientos la dotación es menor que en la anterior, pues no hay mesas, redes, una conexión de 220 V (sí una de 12, imagen), no hay cortinas en las ventanillas (aunque los cristales van ligeramente oscurecidos). En todas las plazas de la segunda y tercera fila de asientos hay fijaciones Isofix (imagen).

Maletero

El acceso al maletero de las versiones Family (las más costosas) se hace a través de un portón con apertura de abajo a arriba (imagen), una solución mucho menos cómoda que la de portón de doble hoja con apertura lateral de las versiones Shuttle porque necesita más espacio tras el vehículo para abrirlo por completo y, sobre todo, porque su manipulación, especialmente el cierre, requiere hacer bastante fuerza. Toyota da la opción de pedir una luneta practicable para este sistema, permitiendo de esta manera acceder al maletero para sacar o introducir objetos más pequeños sin necesidad de abrir todo el portón.

En la carrocería de longitud intermedia (la que hemos probado) y con ocho plazas en uso, el maletero tiene una profundidad mínima de 40 centímetros (imagen), que puede llegar hasta los 64 cm si se adelantan los de la tercera fila (en el PROACE Verso de carrocería corta, el maletero tiene tan sólo una profundidad de entre 20 y 27 centímetros, en función de la posición de los asientos). La altura hasta el borde superior de los respaldos es 80 cm.

Si se elimina la última fila de asientos, la longitud de carga (imagen) es de 160 o 145 centímetros. Si se quitan ambas filas de asientos, queda un espacio de carga con una longitud de 214 centímetros (imagen).

Los asientos de la segunda y tercera fila del PROACE Verso se pueden adelantar 20 y 15 centímetros respectivamente sobre sus guías. Sólo si se abaten por completo (es decir, si se pliega el respaldo sobre la banqueta), se pueden mover libremente por toda la longitud de las guías del piso. Todos los asientos de la segunda y tercera fila se pueden sacar del interior, aunque la pieza de dos plazas es muy pesada y moverla requiere un gran esfuerzo.