El habitáculo del RX 2016 da muy buena impresión de calidad, notablemente mejor que la del RX 2012. Los plásticos y los recortes de cuero que Lexus ha utilizado para cubrir el salpicadero, la consola y los paneles de las puertas tienen un tacto muy agradable y las uniones entre las distintas piezas son precisas. Aunque hay plásticos duros en la parte baja del salpicadero y de las puertas, por ajuste y por factura no admiten reproche. Los huecos para dejar pequeños bultos son de tamaño generoso, están acolchados y bien repartidos.
En mi opinión, el interior resulta más acogedor que el de un BMW X5 (imagen) o un Audi Q7 (imagen) porque la parte alta del tablero queda a menor altura y, al menos a mí, me genera una sensación de mayor amplitud y de desahogo. Creo que el nivel de sofisticación y de posibilidades de equipamiento del RX están un paso por detrás del de un Q7 y a la par del de un X6 pero, en general, es una alternativa muy recomendable a estos dos modelos y a otros como un Volvo XC90 o un Mercedes-Benz Clase GLE.
Hay varios tipos de asientos delanteros para el RX. Los que más tiempo hemos probado corresponden a los del nivel de equipamiento «Executive Tecno», tienen las opciones de regulación eléctrica más comunes —longitud, altura, inclinación—. Los asientos delanteros incluidos en el nivel de equipamiento «Luxury» (imagen) tienen mayor cantidad de regulaciones eléctricas, entre ellas, la de la longitud de la banqueta. Ambos asientos son anchos y no sujetan especialmente bien el cuerpo en las curvas, pero son muy cómodos, de los mejores que hemos probado en un coche. La función de calefacción y ventilación de los asientos es de serie y se puede regular manualmente (como es habitual), o bien, automáticamente. El modo automático regula la intensidad de la calefacción y de la ventilación (hay tres niveles para cada uno) en conjunción con el climatizador y la información que reciben los sensores de éste.
Los asientos del nivel «F SPORT» (imagen) tienen unas orejas más prominentes y sujetan mejor el cuerpo en las curvas pero, aún siendo cómodos, no lo son tanto como los otros mencionados. En estos asientos no es posible regular la longitud de la banqueta, pero sí mantienen la función automática de calefacción y ventilación.
Lexus dice que la fila de asientos delantera está 1,9 centímetros más cerca del suelo que la del RX 2012 y que el volante está 2 grados más cerca de la horizontal. Sea como sea, y con independencia del tipo de asiento, en el RX 2016 es fácil lograr una postura cómoda al volante, prácticamente idéntica a la que se tiene en un turismo, y desde la que se tenga una buena visibilidad del exterior. El volante, en función del nivel de equipamiento, puede tener regulación manual o eléctrica. Es posible que al principio abrume el gran número de botones que hay en la consola, pero el periodo de adaptación a su colocación es breve (al menos en nuestro caso) y su manejo distrae poco de la conducción. El freno de estacionamiento es siempre eléctrico y se controla con un botón que hay justo delante de la palanca del cambio (imagen. En el RX 2012 era mecánico y se controlaba con un pedal a la izquierda del pedal de freno).
Como sucede en otros modelos de Lexus, hay dos tipos de instrumentación: la que lleva el F Sport (imagen) y la que lleva el resto (imagen). Ambas se ven bien bajo diferentes condiciones de iluminación y dan la misma cantidad de información, si bien ésta está distribuida de forma diferente. El tamaño de la pantalla del sistema multimedia también cambia en función del nivel de equipamiento. Es de 8,0 pulgadas en los niveles ECO y Corporate y de 12,3 pulgadas en el resto (imagen). Nosotros hemos probado esta última y nos ha dejado una buena impresión por su calidad de imagen y por los pocos reflejos que produce. No obstante, la calidad de imagen de la pantalla de un BMW X5 es mejor, todo se ve más nítido y funciona con mayor fluidez.
Desde el sistema multimedia se pueden gestionar multitud de parámetros del coche y acceder a mucha información, pero los controles y el interfaz no tienen un manejo intuitivo que facilite estas tareas. Todo se controla a través de los botones y el mando selector que hay donde reposa la mano si se apoya el brazo en el reposabrazos (imagen). Al mover este mando se desplaza un cursor por la pantalla. Este mando se puede mover libremente o puede regularse para que ofrezca resistencia al movimiento cuando se intente situar el cursor sobre un elemento no seleccionable. De cualquier forma que se configure, su imprecisión es manifiesta porque requiere movimientos pequeños de la mano, que en muchas ocasiones es difícil de conseguir mientras se conduce. Mandos como los del i-Drive de BMW (imagen) o el MMI de Audi (imagen) funcionan de manera mucho más precisa, eficaz y segura. El sistema de navegación tampoco es ejemplar. Encontrar y configurar un destino es una tarea más tediosa que en gran parte de sus alternativas.
El equipo de sonido de serie (hay otro opcional de la marca Mark Levinson) da una calidad de sonido excelente, tanto por la nitidez como por la potencia que desarrolla (a máximo volumen no produce saturación).
Una novedad del RX 2016 es la incorporación de un sistema de proyección de datos en el parabrisas o Head Up Display (imagen; de serie en Executive con paquete Tecno, Luxury y F SPORT). El área de proyección mide 10 pulgadas y en ella se visualiza de manera permanente la velocidad y el número de revoluciones del motor. También pueden verse las indicaciones del navegador (en caso de que haya una ruta activa) e información relativa a sistemas como el programador de velocidad o las alertas del sistema de asistencia a la frenada de emergencia. La posición y el brillo de la imagen son ajustables y, si se desea, se puede desconectar desde un botón en el salpicadero (imagen). Por visibilidad, nitidez y por la información disponible es un dispositivo útil, de funcionamiento preciso y que consideramos recomendable. Otro elemento novedoso en el RX es un hueco que hay delante de la palanca del cambio, en donde se puede cargar de forma inalámbrica un teléfono móvil que sea compatible con la tecnología Qi (imagen).
El banco trasero está dividido en dos partes (en proporción 60:40) y cada una de estas partes se puede desplazar individual y manualmente 11 cm en sentido longitudinal. No es extraño encontrar esta posibilidad en sus alternativas, como en el Audi Q7, el Porsche Cayenne y el Volvo XC90. En la posición más retrasada, el RX es el todoterreno con mayor espacio para las piernas de todos los que hemos medido (tabla comparativa de mediciones interiores). En la posición más adelantada, el espacio es el mismo que hay en un Land Rover Range Rover Sport. Debido a que la batería ocupa parte del espacio que hay bajo estos asientos y el maletero, la distancia entre la banqueta y el suelo es un poco menor de lo habitual y las piernas van un poco más flexionadas.
La anchura entre puertas es como la de un Volkswagen Touareg y un Volvo XC90 (144 cm). Si se quiere un coche con mayor anchura es mejor optar por un BMW X5 o un Land Rover Range Rover. La peor medición es la de altura libre al techo, que es inferior a la de todas sus alternativas (al menos con el techo solar panorámico instalado, que habitualmente resta algunos centímetros en esta cota). No obstante, una persona de 1,86 metros de estatura se puede sentar erguida sin problemas de espacio para la cabeza.
Para estas plazas hay salidas de ventilación, pero a diferencia de otras alternativas que tienen climatizador de tres zonas, la temperatura no es regulable. Con el nivel de equipamiento Luxury los asientos traseros son calefactables.
Bien con unos tiradores (imagen), bien con un mando eléctrico que hay a cada lado de la banqueta (imagen; en función del nivel de equipamiento), se puede variar la inclinación de los respaldos traseros, ya sea para que el ocupante de esta plaza vaya más recostado, o bien, para echar el respaldo sobre la banqueta y ampliar así el espacio de carga del maletero (imagen). Hay una réplica de estos mandos en las paredes del maletero (imagen).
Con los cinco asientos en posición de servicio, el volumen del maletero es 539 litros, 93 más que el del RX 2012. Es amplio en términos absolutos, pero pequeño en comparación con el que tiene un Audi Q7 (890 l), un Volvo XC90 (721 l) o un Mercedes-Benz GLE (690 l). Las paredes están bien tapizadas y conforman un espacio de formas regulares, por lo que es fácil aprovechar el volumen disponible. En cada una de las paredes laterales hay un gancho (que aguanta hasta 4 kg de carga) y un punto de luz con botón (imagen). Hay otro adicional en la cara interior del portón. También hay una toma de 12 voltios en la pared de la izquierda.
Debajo del piso puede haber una rueda de repuesto con sus correspondientes herramientas (el gato y la llave para desmontar la rueda) o un kit de reparación de pinchazos. En este último caso, que es el que hemos visto, además del kit hay dos huecos libres para dejar objetos, cuyas dimensiones son 35 x 33 x 17 cm y 51 x 29 x 14 cm (longitud x anchura x altura; imagen). Con los asientos traseros abatidos, el volumen de carga es 1612 litros y es posible introducir objetos de hasta unos 190 cm antes de tocar el asiento del acompañante.
La apertura del portón es manual y, desde el nivel Executive (éste incluido), eléctrica. Si es eléctrica hay una función que permite accionar el mecanismo de apertura colocando la mano (o el codo) encima de la insignia trasera de Lexus. Es la solución análoga a la de mover el pie por debajo del parachoques trasero que emplean otros fabricantes y cuya finalidad es la de no tener que utilizar las manos cuando éstas están ocupadas con carga. Sin embargo, en la de Lexus hay que utilizar alguna parte del brazo y por este motivo no nos parece tan acertada. La cortinilla plegable que cubre el maletero hace ruido en ocasiones cuando está plegada.