El salpicadero del Lexus NX tiene un diseño complejo, en el sentido de que hay muchas superficies que se intersecan. Sin embargo, no hemos observado malos ajustes, ni ruidos extraños al pasar por superficies bacheadas. En los niveles de equipamiento Luxury y F SPORT, que son los que hemos visto, hay muchas superficies recubiertas con cuero acolchado y plásticos de tacto blando. La impresión global es buena a la vista y al tacto.
Hay detalles cuidados. Están en zonas que se ven —por ejemplo, la bandeja del sistema de carga de teléfonos móviles por inducción (imagen), que hay en el interior del cajón bajo el apoyabrazos central, se abate con suavidad en un movimiento de velocidad controlada, evitando que dé un golpe al bajar— y también en las que no se ven —el tapizado del techo ajusta con precisión en la zona más próxima al parabrisas—. Pero hay detalles que deberían haberse cuidado más, como la ausencia de moqueta o una goma que evite que las cosas que se dejan en las pequeñas bolsas de la puertas se deslicen o rayen (por ejemplo, las gafas), el ruido (los crujidos) que se oye al agarrar los asideros del techo o los tornillos vistos que parece que sujetan el tapizado lateral de la consola entre los asientos delanteros. Curiosamente, esto último es algo que Lexus ha hecho intencionadamente porque dicen que son unos tornillos como los que se empleó en el deportivo Lexus LFA y que recuerdan a éste (imagen de los tornillos en el NX e imagen de éstos en el LFA). Hay algunas piezas que desentonan del conjunto porque dan sensación de calidad pobre. Es el caso de la persiana deslizable del techo solar y la bandeja que oculta el equipaje del maletero, de un material muy ligero y poco robusto.
La afilada silueta del NX condiciona la amplitud. Las plazas delanteras son, por espacio, normales. Curiosamente, se han sentido más enclaustrados compañeros que miden alrededor de metro ochenta de estatura que yo, que supero el metro noventa. El motivo es que el techo asciende siguiendo la curva que marca el parabrisas y queda mucho más cerca de la cabeza si se lleva el asiento adelantado que si se coloca en una posición retrasada (que es como yo lo tengo que llevar).
El acceso a las plazas delanteras está bien resuelto porque las puertas abren en un ángulo amplio y porque el asiento no queda muy alto aunque conviene probarlo, porque es posible que haya gente a quien elevar el pie hasta el piso del coche le resulte un poco incómodo comparado con un turismo. El acceso a las plazas posteriores es más complicado porque el paso de la rueda quita espacio y el marco de las puertas está muy tendido, lo que obliga a agachar la cabeza más de lo normal para no golpearse.
Según nuestras mediciones, el NX se sitúa entre los mejores modelos de su tamaño por el espacio disponible para las piernas de los ocupantes traseros, está en un término medio en cuanto a anchura y es de los peores en lo referente a altura libre hasta el techo (la versión que hemos medido tenía instalado el techo solar, que resta unos centímetros). En cualquier caso, en las plazas posteriores hay espacio suficiente para que dos personas de hasta 1,80 metros de altura viajen sin rozar con la cabeza en el techo. Por anchura no permite que tres adultos viajen con comodidad, aunque es algo que ocurre en la mayoría de los modelos contra los que compite (tabla comparativa de mediciones del interior).
Desde el puesto de conducción se accede con facilidad a todos los botones que hay en la consola, especialmente a los del climatizador (imagen) que quedan muy a mano. Los botones que están en el salpicadero a la izquierda (imagen) y derecha del volante exigen más tiempo para encontrar el que se quiere pulsar. Es muy evidente la ausencia de ciertos elementos de equipamiento porque el espacio en el que irían los mandos que los accionan, en caso de tenerlos, es reemplazado por una tapa de plástico, un detalle que se cuida mucho más en los coches europeos de este precio.
Entre los dos asientos delanteros hay dos tipos de mandos para manejar el sistema multimedia. Un mando giratorio (imagen) y que se puede pulsar o una superficie táctil —similar a la utilizada en el RC; imagen— desde donde se pueden manejar las distintas funciones del sistema multimedia. La superficie táctil (exclusiva del nivel de equipamiento Luxury), nos ha gustado mucho menos que el mando, primero porque está colocada en un lugar muy retrasado (obliga a echar para atrás el brazo) y, segundo, porque no permite un manejo preciso por los menús y opciones que se visualizan en la pantalla de 7,0 pulgadas.
Sólo el asiento onductor tiene regulación del apoyo lumbar (en los niveles Luxury y F SPORT estas regulaciones son eléctricas). Los asientos del nivel F SPORT tienen un diseño distinto a los del resto de la gama (imagen) y se distinguen principalmente por dar una mejor sujeción al cuerpo en las curvas, tampoco grande, y su acolchado nos ha parecido ligeramente más firme. Los dos tipos de asientos nos han parecido cómodos. En las dos plazas traseras laterales hay dos fijaciones ISOFIX para la colocación de sillas infantiles.
En la consola, tras la palanca de cambios, hay dos portabebidas donde también se pueden depositar unas llaves, un teléfono móvil o una cartera. Bajo el reposabrazos hay un hueco de mayores dimensiones (imagen) donde se encuentran las tomas AUX y 2 entradas USB (imagen). En este hueco puede ir como opción una superficie de carga inalámbrica para teléfonos móviles que cumplan con el estándar de conexión Qi (imagen; hay móviles que para cumplir dicho estándar necesitan un accesorio). La guantera tiene capacidad suficiente para guardar la documentación del coche y un chaleco de alta visibilidad. Tiene iluminación, cierre con llave y está completamente tapizada (imagen).
El maletero del NX 300h tiene 555 litros de capacidad, un volumen similar al de un BMW X3 o un Nissan X-Trail (550 litros ambos) y superior al de un Audi Q5 (540 l) o un Volvo XC60 (495 l). El de un Honda CR-V o un Hyundai Santa Fe tiene más capacidad (589 y 585 l respectivamente).
De los 555 litros, 100 litros son del espacio que hay en el doble fondo, donde está ubicado el kit de reparación de neumáticos, la batería y otras herramientas (imagen). En el hueco que queda cabe una maleta mediana (61 x 41 x 26 cm, imagen). El aprovechamiento de los 455 litros que quedan por encima del piso es sencillo porque las formas de los laterales son regulares. El borde de carga está alto, a 76 centímetros del suelo, lo que dificulta la carga de objetos voluminosos o pesados.
Es posible variar la inclinación de los respaldos traseros (imagen) y abatirlos en dos partes (en proporción 1/3 y 2/3). Esta operación puede llevarse a cabo de forma manual —con unos tiradores que hay en cada uno de los laterales de la banqueta trasera (imagen), no hay ningún mando para abatir los asientos desde el maletero— o bien de forma eléctrica si se adquiere el nivel de equipamiento Luxury. En este último caso, unos botones sustituyen a los citados tiradores y la operación también puede realizarse desde el maletero gracias a unos mandos que hay en la pared derecha. En cualquier caso, la superficie que resulta con los asientos abatidos no es plana porque los respaldos quedan en ligera pendiente.
El portón del maletero puede tener un sistema de apertura y cierre automático (en los niveles de equipamiento más altos) y cuando está abierto, su borde interno queda a unos 190 centímetros del suelo.