Cadillac BLS Berlina (2008) | Información general

29/05/2008 |Jorge Fernández

El Cadillac BLS es un modelo mecánicamente semejante a un Opel Vectra o un Saab 9-3; se fabrica en las mismas instalaciones que el 9-3 y con la misma gama de motores.

Está a la venta con carrocería de cuatro puertas y también con carrocería familiar (Wagon). El BLS mide 4.680 mm de largo, 1.752 mm de ancho y 1.471 mm de alto. Son unas dimensiones muy semejantes a las de un Honda Accord, un Mazda6 o un Peugeot 407.

Es el primer Cadillac con motor Diesel y, por calidad de acabado, precio y equipamiento, se puede asemejar a un Audi A4, un BMW Serie 3 o un Jaguar X-Type, además de a un Saab 9-3. Se distingue de un Saab 9-3 principalmente por su estilo exterior e interior (aunque por dentro hay algunos elementos comunes).

Está a la venta en España desde 29.990 €, hasta los 45.990 € de la versión más costosa (2.8T V6 255cv Sport Luxury Aut. 6 vel.). El precio de la versión Diesel menos costosa (1.9D 150cv Business) es 31.340 €.


El Saab 9-3 con el mismo motor Diesel y no tanto equipamiento de serie cuesta 31.292 € (relación de turismos a partir de 30.000 € de 4,5 a 4,8 m, con motor Diesel de 135 a 165 CV). Un Audi A4 TDI 140 CV y, sobre todo, un BMW 320d de 177 CV son más caros que un Cadillac BLS.

La gama del Cadillac BLS consta de cinco motores (tres de gasolina y dos Diesel), todos ellos con turbocompresor. Los de gasolina tienen 175, 209 y 256 CV. Los Diesel tienen 150 CV y 180 CV de potencia.

Además, el BLS cuenta con una variante de gasolina con 200 CV de potencia que puede utilizar como carburante E85 (85 por ciento etanol y 15 por ciento gasolina).

Según el motor, lleva un cambio manual de seis velocidades, o uno automático de cinco o seis marchas.

Hay cuatro versiones según el equipamiento: «Business», «Elegance», «Sport» y «Sport Luxury». No estarán disponibles todas las combinaciones de motor y equipamiento (precios y equipamiento de toda la gama).

Como el 9-3, el BLS es un coche que da un aspecto de calidad superior al de la mayoría de los modelos de su tamaño. Los materiales de recubrimiento son ricos y el ajuste es bueno. Este Cadillac fabricado en Europa me parece superior en este sentido a los Cadillac fabricados en EE.UU. Algunos elementos interiores son los mismos que los de un Saab 9-3, como la palanca del freno de mano, las de los intermitentes o algunos mandos del salpicadero.

Todo el salpicadero está hecho con plástico y espuma, un material que muchas marcas reservan para las partes más visibles. También es de este material el recubrimiento interior de las puertas, incluso en su parte más baja, que normalmente es de plástico duro y poco tratado. La parte central de la consola, entre los dos asientos, es de un plástico duro pero con un tratamiento superficial que le da buen aspecto. Los marcos con aspecto metálico que hay en el salpicadero son de plástico.


El puesto de conducción me parece bueno, a excepción de los asientos. Las dos versiones que he conducido tenían tapicería de cuero y, con ella, los asientos resultan muy resbaladizos. La banqueta es más bien corta; da poco apoyo en los muslos, lo que hace recomendable ajustar la inclinación de la banqueta para que la parte delantera quede un poco más alta. El respaldo no tiene una forma envolvente y deja muy suelta la zona dorsal.

Todos los mandos quedan muy a mano, al menos en la versión sin la pantalla del navegador. La visibilidad es buena, dentro de lo normal en un coche actual. Es un coche apto para quienes prefieren conducir en una posición baja y, hasta cierto punto, no hay ningún problema en las dimensiones; las personas más altas encontrarán suficiente recorrido longitudinal del asiento y altura libre.

Por el contrario, en las plazas traseras difícilmente pueden ir cómodamente personas adultas porque falta espacio longitudinal. La anchura y la alturas son suficientes, pero el espacio para las piernas es incluso menor que el de coches poco habitables atrás, como un Audi 4 o un Volvo S40.

El dato de volumen de maletero es 425 l, poco para un coche de estas dimensiones. Pero lo cierto es que se podría meter una caja de 100 x 100 x 45 cm y aún sobraría algo de espacio. Aunque no tiene una forma perfectamente regular, sí es muy aprovechable por sus proporciones.

Dinámicamente, el tacto del BLS es semejante al de un Saab 9-3. No lo hemos conducido lo suficiente como para estar seguro, pero creo que es incluso más cómodo de suspensión. No tiene la agilidad de algunas berlinas de este tipo, como un BMW Serie 3 o un Honda Accord, pero su respuesta al volante es satisfactoria en un uso normal.


Hemos conducido un Diesel de 150 y el V6 de gasolina de 256 CV, ambos en versión «Elegance». Estos dos modelos tienen ruedas de distinto tamaño: cambia la anchura y también el diámetro (225/45 17 en un caso y 235/45 17 en otro). El Diesel tenía neumáticos Pirelli P Zero Rosso, el gasolina tenía Pirelli P7.

El Diesel es un coche de suspensión confortable, que no me parece excesivamente blando. El V6 de gasolina va claramente más duro de suspensión; tiene mejor tacto, pero es más incómodo. Tampoco es una suspensión insufrible porque no es tan dura, por ejemplo, como la que lleva de serie un BMW Serie 3. No he probado el V6 de gasolina en versión Sport Luxury, que tiene una suspensión aún más dura y llantas de 18" con menos perfil de neumático. Tal y como va la versión Elegance con las ruedas de 17", me parece que la otra sólo es recomendable para quien esté dispuesto a tener un coche incómodo a cambio de que tenga mejor tacto.

Como en el Saab 9-3, la motricidad resulta escasa si el suelo está algo resbaladizo, especialmente con el motor de 255 CV. El control de estabilidad funciona bien, es difícil que el coche pierda la trayectoria por acelerar demasiado. Los neumáticos P Zero Rosso me han parecido más ruidosos que los P7. No tanto en la rodadura, sino en el ruido que transmiten cuando pisan firme bacheado.

El motor Diesel de 150 CV tiene la misma respuesta que en otros modelos que lo llevan (por ejemplo, el Alfa Romeo GT), pero quizá con una suavidad algo mayor y menos ruido al ralentí. Es un motor apropiado para sostener una velocidad de crucero alta y da la capacidad de aceleración que cabe esperar en un coche como éste.

Lo hemos conducido con la caja de cambios manual de seis marchas. Con esta caja, las prestaciones y el consumo están dentro de la media, comparado con modelos de tamaño y potencia semejantes. Las diferencias con los mejores no son grandes, salvo en velocidad máxima.

El motor V6 de 255 CV tiene mucha fuerza y una respuesta rápida al acelerador. Es un motor muy agradable porque, además de que tiene una buena reserva de aceleración, es suave y silencioso. La caja de cambios automática de seis velocidades con la que lo he conducido es suave y, normalmente, lleva al coche en el régimen adecuado. Como otras cajas de este tipo, su principal carencia es lo que tarda en responder a una necesidad repentina de aceleración.

Tiene una palanca y mandos en el volante de tipo secuencial, pero para utilizarlo previamente hay que seleccionar el modo manual con la palanca. Esto impide que se pueda seleccionar rápidamente una marcha corta. Además, los mandos del volante (izquierdo para reducir, derecho para aumentar) son de los que hay que empujar, menos cómodo que aquellos de los que hay que tirar.