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BMW Driver Training Tour M (Parte III)

La última actividad del día, tras las pruebas de habilidad en pista y en el paddock, era un concurso que consistía en dar una vuelta al Jarama en dos minutos y seis segundos. Ni más, ni menos. O eso creía, luego lo explico.

Había que hacerlo tras una vuelta lanzada. Las instrucciones oficiales eran sencillas: no valía ir muy rápido y pararse al final para perder tiempo. La verdad es que no tenía ni idea de si 2:06 era un tiempo rápido, normal o lento. Mi única y gratificante, entretenida, emocionante, divertida (¿se nota que me gustaría repetir?) experiencia en el Jarama fue durante las 24 horas Ford de 2008. Creo recordar que el ritmo normal era de unos 2:27 por vuelta (hay que recordar que es una prueba que combina velocidad y consumo).

Tras recoger mi transpondedor (el aparato que se coloca en el coche para poder medir los tiempos), esperé mi turno. Mi monitor, de los Milagros, estaba ocupado, así que como vi un Serie 1 M sin conductor y con un monitor con cara de ¿nadie-quiere-subirse? en su interior, me fui directo a él.
Me subo en el coche, me acomodo y pulso la tecla del DSC —un modo del control de estabilidad más permisivo que deja que las ruedas patinen un poco al acelerar y que el coche derrape—. ¿Qué haces?, no se puede desactivar. Dice el monitor. Sí, hombre, en el modo intermedio sí se puede. Respondo yo. Yo creo que no, espera que pregunte. Muevo el coche unos metros hasta poner el Serie 1 a la par de una persona de la organización. El copi, el monitor, baja la ventanilla y le pregunta. Negativo, hay que llevar el control completamente conectado.
En un circuito y con un BMW, el control de estabilidad es como, como,…., estar en la misma cama con la chica de tus sueños desnuda y emplear el tiempo en hablar con ella de física cuántica o política. Seguro que aprendes algo pero te diviertes la mitad.

Salgo de boxes, freno en Fangio, acelero…he dicho acelero…y eso no acelera. Al control de tracción se le amontona el trabajo y no deja dar gas. El motor tiene muchos bajos y el control de tracción es muy precavido incluso con las ruedas de delante apuntado recto. En las siguientes curvas lentas pasa lo mismo. Incluso el testigo del control se enciende en la recta al pasar a más de 200 km/h. Hago la vuelta cronometrada, el monitor me ayuda con el reloj del móvil para darme una referencia de si lo hago lento o demasiado rápido. Al final se lía (la pantalla del móvil se apaga, toca un botón…) y no conseguimos saber si vamos rápidos o lentos. La siguiente vuelta la aprovecho para pedir consejos al instructor sobre la conducción en vez de hacer el tiempo.
Vuelvo a boxes. Veo a Dan Adams (el campeón de España de drifting) libre en un M3. Otros compañeros ya me han dicho que el M3 va mejor, un motor con menos bajos y un control menos intrusivo. Así que voy a probarlo. Y sí, va algo mejor, pero se nota que es más pesado que el Serie 1 M. Me estoy dando cuenta de que el pequeñín me ha gustado. Acabo con Dan y vuelvo a boxes.

Sigo sin saber si he hecho el tiempo correcto o soy un ceporro al volante. Busco otro Serie 1 M,  el instructor me da buena espina, tiene cara de bueno. Me subo en el coche y, aprovechando un descuido, pulso una vez el botón del DSC. Sí, estoy siendo malo y desobediente. Salgo a pista, frenada en Fangio, acelero en segunda y….¡sííí, esto va mucho mejor!  El coche gana velocidad mientras  hay algo de sobreviraje (no mucho, he acelerado con tiento, se supone que debo disimular). El monitor gira la cabeza, me mira y se ríe. Me dice que hay que llevar los controles conectados. Le digo que el modo intermedio sigue conectado, que actúa igualmente. Así que, un par de curvas de discusión más tarde, me deja seguir tal y como iba. Qué lástima, con la mala memoria tengo no recuerdo su nombre para agradecérselo.
El Serie 1 M es muy divertido en el circuito. El motor tiene mucha fuerza (no la suficiente para seguir sin ceder metros a un M3 o un X6 M acelerando a fondo), la dirección es rápida y precisa, y el cambio manual funciona muy bien (no siempre es fácil subirse por vez primera a un coche en un circuito y no equivocarse al seleccionar una marcha), como si lo hubiese conducido desde hace días. Damos la vuelta lanzada mientras el monitor me cronometra con el móvil. Saliendo de Monza (la penúltima antes de la recta) ya me advierte de que voy a llegar demasiado pronto a la meta. Levanto un poco el pie para perder algo de tiempo. Poco después me grita “A fondo, a fondo” (es evidente que el controla mejor los tiempos que yo). Piso a fondo, ahora resulta que me voy a pasar del tiempo-objetivo por cenutrio. Él para el cronometro, se rie, gira el móvil para que vea la pantalla y resulta que habiamos pasamos por meta en 2:06, el tiempo que había que lograr.

Un par de vueltas más y a boxes. Sacan la lista del tiempos, el décimo octavo de treinta y seis, menos mal que esto no era una prueba del campeonato de slalom…Resulta que lo que se tenía en cuenta era la media de todas las vueltas que se hacían y no la mejor. Es lo que tiene no estar atento a las explicaciones, supongo.

En resumen, un día muy entretenido. De esos que habría que repetir a menudo;). Y sobre el Serie 1 M, espero que a finales de julio podamos publicar una prueba en km77.com

Celedonio

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