Los años 80 se caracterizaron por una moda exagerada y llamativa. Reflejaba una sociedad mucho más consumista que en la década anterior y con más ganas de demostrar «rebeldía», por llamarlo de alguna forma.
Todo lo anterior tuvo un reflejo claro en muchos aspectos cotidianos, como el estilismo. No olvidemos el estilo de vestir deportivo inspirado en el aeróbic, los pantalones vaqueros nevados de tiro altísimo, las hombreras exageradas o los peinados cardados con una buena cantidad de fijador. Naturalmente, la moda de los 80 no se quedó ahí.
Los coches también fueron víctimas. En muchos casos, sus dueños los cargaban con accesorios de dudosa utilidad. Esos cachivaches nos parecen ridículos vistos con la perspectiva que da el tiempo, pero en aquellos años eran lo más. En esta entrada vamos a mirar al pasado y daremos un repaso somero a los principales elementos aftermarket o accesorios más habituales en aquella época.
- Asientos de bolas. Todo un símbolo de confort de la época. Servían, según se escuchaba por entonces, para evitar la condensación del sudor en la espalda y, de paso, para dar un relajante masaje durante la conducción.
- Fundas para los asientos. Algunas simulaban la tapicería original, pero otras muchas tenían motivos variopintos y colores llamativos. Servían para proteger la tapicería original. Todavía hoy se usan, especialmente en los coches de servicio público y similares.
- Ambientadores colgantes. Uno de los más habituales de aquella época era el pino colgado del retrovisor, que desprendía un olor a detergente.
- Radios extraíbles. La proliferación de robos en los coches hizo que se popularizaran estos aparatos. Había quien (los que menos) acarreaba con ellas a cuestas, pero eran un peñazo por su peso y tamaño. La mayor parte de la gente las dejaba en la guantera o debajo del asiento. Afortunadamente, en los 90 llegaron las radios con placa frontal extraíble, mucho más fáciles de transportar e incluso cabían en el bolsillo. Los conductores más sofisticados de la época llevaban un equipo de radioaficionado.
- Pomos de cambio personalizados. Los más habituales tenían la parte superior recubierta en plástico transparente que dejaba ver a su través una estrella de mar o el escudo del equipo de fútbol correspondiente, entre otras muchas posibilidades. No hay que olvidar que también había mucha afición a cubrir los volantes con materiales de imitación y motivos rácing.
- Tuning cutre. Proliferaron a diestro y siniestro todo tipo de apéndices pretendidamente aerodinámicos para la carrocería (alerones, faldones, labios delanteros, etc.), sin olvidar los faros supletorios (de niebla o largo alcance), llantas de aluminio o volantes que simulaban a los competición de tres radios metálicos. Todo para que el coche se pareciera a los monstruosos Grupo B del mundial de rallyes.
Seguro que ese listado se puede completar. ¿Qué accesorios recuerdas en los coches de esa época (si es que la viviste)?
