Glosario | Visión nocturna

Un sistema de visión nocturna aprovecha la emisión infrarroja, invisible al ojo humano, para captar imágenes que puede que no se perciban con la luz visible de los faros. Las imágenes que captan los sensores de luz infrarroja se ofrecen al conductor en una pantalla.

Existen dos sistema de visión nocturna basados en emisión infrarroja: los denominados pasivos o térmicos, que captan emisión en el infrarrojo lejano (FIR, Far InfraRed), y los sistemas activos, que aprovechan el infrarrojo cercano (NIR, Near InfraRed).

Los sistemas de visión nocturna pasivos aprovechan la emisión espontánea de radiación infrarroja de todos los cuerpos al estar a una cierta temperatura. Esta emisión (con una longitud de onda de entre 8 y 12 micrometros) es captada por una cámara especial —que ha de ir situada en el exterior del vehículo—, y se representa como imagen en la pantalla situada frente al conductor. Esta imagen se muestra como un negativo, con colores más claros para los objetos a mayor temperatura, destacando así cuerpos calientes, como un peatón o un animal que cruza la carretera.

Los sistemas activos se basan en un sensor de tipo CMOS con sensible a la radiación infrarroja cercana. Dado que los cuerpos no emiten de forma espontánea en dicha longitud de onda (entre 780 y 1300 nanometros), es precisa una iluminación adicional infrarroja que proporcionan dos lámparas halógenas. La imagen que se forma con esa iluminación infrarroja la recoge el sensor y la muestra una pantalla de blanco y negro.

Un sistema pasivo tiene mayor alcance que un sistema activo (unos 300 m frente a 150). Además, no se ven afectados por la iluminación de otros vehículos ni por las inclemencias meteorológicas, como sí sucede con los sistemas activos, y pueden representar con mayor nitidez los objetos susceptibles de causar mayor riesgo en conducción nocturna. Esta tecnología es todavía propiedad del ejército estadounidense, por lo que su uso está sujeto a diversas regulaciones.

Por el contrario, un sistema activo es más económico, de uso libre y tiene capacidad para detectar objetos invisibles para el sistema térmico (por ejemplo, un tronco en la calzada). Común para ambos sistemas es la posibilidad de postprocesar la imagen obtenida y realizar así funciones de reconocimiento de peatones, por ejemplo, mediante visión artificial.

El primer sistema de visión nocturna empleado en automoción lo ofreció el Cadillac DeVille, aunque no tuvo el éxito esperado y dejó de ofertarse dicha opción.