Volkswagen Polo (2014) | Impresiones de conducción

12/04/2017 |Pablo David González (@PD_Gonzalez)

El Polo de 2014 mantiene las cualidades dinámicas del modelo precedente (impresiones de conducción del Polo 2009). Es un automóvil de manejo agradable y con un tacto y una calidad de conducción por encima de la gran mayoría de sus alternativas. 

He probado el Polo con la suspensión de serie y neumáticos de medida 215/45 R16, así como con la suspensión opcional con amortiguadores de dureza variable y neumáticos de medida 215/40 R17. En ambos casos, las sensaciones han sido prácticamente idénticas, éstas son, las de llevar un coche confortable, muy estable en vías rápidas y con reacciones fáciles de controlar en situaciones críticas (por ejemplo, cuando se da un volantazo para esquivar un obstáculo).

Con la suspensión de dureza variable se puede elegir entre dos programas de funcionamiento: Comfort y Sport (se seleccionan con un botón que hay en la parte superior del salpicadero; imagen). Las diferencias entre ambos son mínimas, al menos en autopistas y carreteras secundarias con buen asfalto y curvas de radio amplio. Si el Polo se va a conducir por este tipo de vías, creo que no merece la pena adquirir esta opción. Cuando tengamos la oportunidad de probar un Polo con este suspensión en carreteras de montaña, podremos comprobar si en esas circunstancias hay o no diferencias significativas.

La suspensión de dureza variable no tiene los mismos amortiguadores que puede llevar el Volkswagen Golf, sino que son unos menos evolucionados y menos costosos. A diferencia de los amortiguadores del Golf, los del Polo no pueden alterar su dureza de forma automática en función de diversas condiciones (conducción, superficie), sino exclusivamente en dos posiciones prefijadas (Comfort y Sport). 

He conducido el Polo 3p 1.0 75 CV (gasolina, ficha técnica), el Polo 5p 1.4 TDI 90 CV (Diesel, ficha técnica) y el Polo 5p 1.2 TSI 110 CV (gasolina, ficha técnica). Empiezo hablando de este último, que es el que he probado durante más tiempo y del que he podido tomar datos de prestaciones y consumo.

El motor de gasolina de 110 CV tiene cuatro cilindros, una cilindrada de 1,2 litros y está sobrealimentado mediante un turbocompresor. Durante los primeros cuatro días de la semana que lo estuve probando tuvo un ralentí inestable y cada pocos segundos vibraba de forma extraña. Después no volvió a hacerlo más. No comprendo el porqué. En cualquier caso, una vez en movimiento siempre ha tenido un funcionamiento suave y silencioso. 

Su respuesta por debajo de 2000 rpm es poco enérgica, aunque suficiente salvo que se necesite ganar velocidad con rapidez. Por encima de 2000 rpm la aceleración que da es mucho mayor y este Polo 5p 1.2 TSI 110 CV se siente un coche rápido. En la medición de aceleración de 80 a 120 km/h ha tardado 7,1 segundos, lo mismo que un Audi A1 1.4 TFSI S Tronic de 122 CV y un Alfa Romeo MiTo 1.4 Turbo de 120 CV. Un Ford Fiesta 1.0 EcoBoost 125 CV necesita 6,9 segundos, mientras que un Renault Clio GT TCe 120 CV utiliza 8,7 (tabla comparativa de prestaciones). 

El consumo de carburante es bueno si lo comparamos con otros modelos similares que hemos probado en km77.com. En nuestra habitual prueba de consumo —un recorrido de 143 km por autopista con numerosos cambios de pendiente y tratando de conseguir una velocidad media real de 120 km/h— ha gastado 6,8 l/100 km (valor real). En esta misma prueba, el Audi A1 1.4 TFSI S Tronic consumió lo mismo y el MINI Cooper algo menos (6,5 l/100 km). El resultado que obtuvimos con el Ford Fiesta 1.0 EcoBoost de 100 CV y cambio automático de doble embrague fue claramente peor (7,3 l/100 km).

La mayor parte de los recorridos que he hecho con este coche han sido por ciudad y sus alrededores. Mi conducción no ha sido uniforme, alternando momentos en los que he hecho un uso intensivo de toda la fuerza de motor, con otros de conducción más normal. El gasto de gasolina ha variado entre los 6,5  y 7,9 l/100 km (reales). El sistema Stop&Start funciona bien, es rápido y arranca el motor con suavidad. 

Este motor viene asociado de serie a una caja de cambios manual de seis velocidades. Esta caja es satisfactoria por tacto, precisión y longitud de los recorridos. Por 1500 euros se puede pedir una automática DSG de 7 relaciones. Con ésta, las prestaciones no cambian, pero el consumo medio homologado desciende una décima de litro (ficha comparativa).

El sistema de frenos de nuestra unidad de prueba del Polo 1.2 TSI 110 CV ha sido capaz de detener el coche desde 120 km/h en 53,0 metros, un buen resultado (tabla comparativa de frenada). Tiene discos de freno en cada una de las cuatro ruedas (los delanteros están ventilados). Los neumáticos del vehículo probado eran unos Dunlop SP Sport Maxx, de medida 215/45 R16 y tenían un desgaste aparentemente normal tras 4000 km.

El motor de gasolina de 75 CV tiene un funcionamiento agradable porque gira con suavidad, produce muy ligeras vibraciones al ralentí (y en movimiento) y es silencioso siempre que no se revolucione mucho (cuando se superan las 4000 rpm aproximadamente se vuelve ruidoso). Su capacidad de aceleración me parece suficiente para circular por ciudad a un ritmo normal, pero escasa en el resto de situaciones. No lo recomiendo para quien guste de hacer una conducción ágil o vaya a utilizarlo con asiduidad fuera del entorno urbano y carreteras de circunvalación. El Polo 1.0 75 CV no permite hacer adelantamientos rápidos y en autopistas hay que pisar a fondo el acelerador (o casi a fondo y en algunos casos hay que bajar a cuarta) para mantener 120 km/h cuando la carretera presenta una cierta pendiente ascendente.

Es el mismo motor que utiliza el Volkswagen up!, pero en el Polo ha de mover una masa 126 kilogramos superior, por lo que cabe esperar unas prestaciones ligeramente peores a las que en su día obtuvimos con el up! —que necesitó 12,8 segundos para acelerar de 80 a 120 km/h—. De acuerdo con los datos oficiales que da Volkswagen, el Polo 1.0 75 CV puede acelerar de 0 a 100 km/h en 14,3 s, esto es, 1,1 segundos más lento que el up! de 75 CV (ficha técnica comparativa). La velocidad máxima es 173 km/h.

El funcionamiento del cambio manual de cinco velocidades al que va asociado esta versión (no hay disponible un cambio automático para ella), es correcto. Los desarrollos son cortos. No tenemos los datos concretos de km/h cada 1000 rpm, pero en quinta velocidad y circulando a 120 km/h el motor gira a 4000 rpm. El esfuerzo que hay que hacer para accionar el pedal del embrague es pequeño, aunque hay mucho recorrido hasta que hace tope.

El Polo 1.4 TDI 90 CV sustituye al Polo 1.6 TDI 90 CV. Tiene tres cilindros en vez de cuatro y 1,4 litros de cilindrada en vez de 1,6 (ficha técnica comparativa). Me ha dado la impresión de que el aislamiento acústico de la nueva versión es mejor, especialmente a baja velocidad, y que el consumo de carburante es sensiblemente inferior —según las cifras oficiales, consume una media de 0,8 l/100 km menos—. Las vibraciones al ralentí (y en movimiento) son pequeñas, como las que se pueden sentir en un motor Diesel de cuatro cilindros de similar cilindrada y, por tanto, creo que no deberían ser molestas para alguien que esté acostumbrado a conducir este tipo de motores. Esta versión acelera con menos brío y le cuesta más salir desde parado que la versión a la que sustituye. No tengo datos de prestaciones que corroboren estas apreciaciones, pero recuerdo que el Polo 1.6 TDI 90 CV aceleraba con mayor viveza y que nunca tuve la sensación de escasez de fuerza que en ocasiones el Polo 1.4 TDI me ha transmitido. 

Esta versión del Polo la he conducido con el cambio automático DSG de doble embrague y siete velocidades (el cambio de serie es manual de cinco relaciones). Es un cambio que sobresale por la rapidez y excelente suavidad con que realiza los cambios de marchas. No me ha gustado la impetuosidad y brusquedad con que trata de poner en movimiento el coche (partiendo desde parado) cuando que se libera la presión sobre el pedal del freno. Si no se suelta por completo dicho pedal, se producen vibraciones notables y un sonido de resistencia poco agradable. Esto hace que cueste hacer maniobras a baja velocidad con suavidad (por ejemplo, al aparcar).

Tengo la impresión de que tanto el motor de gasolina de 75 CV como el Diesel de 90 consumen poco carburante, ya que durante los recorridos de prueba que hice con ellos en Alemania —una combinación de autopistas, en ocasiones sin limitación de velocidad, y carreteras secundarias, sin practicar una conducción eficiente, más bien exigente—, el consumo medio que marcaba el ordenador de abordo se quedó siempre por debajo de 5,0 l/100 km. No obstante, con ninguno de ellos el Polo se siente un coche rápido.