Suzuki Splash (2012) | Impresiones del interior

23/07/2013 |Fernando Ríos

El Suzuki Splash tiene cinco plazas, aunque solo viajarán con comodidad cuatro personas adultas. Tanto en las plazas delanteras como en las traseras sobresale el gran espacio disponible hasta el techo, aunque los valores de anchura y espacio longitudinal son escasos. En cualquier caso, cuatro personas pueden viajar con comodidad y desahogo (tabla de mediciones interiores).

El acceso a todas sus plazas es cómodo porque los asientos se encuentran a una altura más elevada de lo habitual y porque las puertas abren en un ángulo muy amplio (las traseras casi en 90 grados). Además, los ocupantes de las plazas traseras pueden pasar fácilmente de una plaza a otra, ya que el túnel que recorre longitudinalmente la carrocería es muy pequeño y apenas resta espacio.

El interior está realizado con materiales de aspecto duro y sencillo, aunque con buen tacto y ajuste. En general, transmite sensación de solidez. En las plazas delanteras tiene un buen número de huecos para dejar objetos, como una repisa sobre la guantera (imagen), un compartimento de gran tamaño en la parte superior de la consola central (imagen) y otros dos junto al freno de mano (imagen). Ninguno de ellos está revestido de goma o de material textil. La guantera no es de gran tamaño, aunque es suficiente para llevar la documentación del coche. No tiene iluminación ni cierre con llave.

La instrumentación está repartida en dos zonas: un cuentavueltas en la parte superior del salpicadero y la instrumentación principal detrás del volante (imagen). En esta última se ubican un velocímetro de gran tamaño y un ordenador de viaje. No es cómodo de utilizar, ya que para pasar de una función a otra hay que accionar un pulsador en el propio velocímetro, introduciendo la mano entre los radios del volante. No hay un indicador de la temperatura del motor, en su lugar hay un testigo que se enciende cuando el motor está frío o excesivamente caliente.

A algunas personas les costará encontrar una postura de conducción idónea por varios motivos: el primero es que el volante no tiene regulación en profundidad, por lo que hay que adelantar la posición de conducción habitual, llevando las piernas flexionadas o bien retrasar dicha posición, teniendo que estirar los brazos para llegar al volante. El segundo motivo es que los ajustes del asiento no son precisos: la regulación del respaldo se hace a través de una palanca —con mucha diferencia entre posiciones fijas— y la regulación en altura sube y baja la banqueta en su parte mas cercana al respaldo (por lo tanto es más una regulación de inclinación que de altura). La palanca de cambios está ubicada en el salpicadero, en una posición mas alta de lo habitual y muy cerca de la mano. Tiene un buen guiado y las marchas entran con facilidad.

Los asientos tienen un mullido firme y me han parecido cómodos incluso en viajes de varias horas. Sin embargo no dan buen apoyo lateral, y por ello, cuando se circula rápido en carreteras con curvas la parte superior de la espalda queda algo suelta. Todas las plazas tienen reposacabezas regulables en altura con un amplio recorrido.

El maletero tiene 178 litros. Además tiene un doble fondo muy aprovechable con otros 36 litros adicionales (imagen). En cualquier caso es un volumen escaso para el equipaje de cuatro personas. En relación con sus posibles alternativas tiene el maletero menos capaz de entre los monovolúmenes de 3,7 a 4,1 metros (listado), aunque también es el vehículo de menor longitud.

Tiene un sistema para abatir los respaldos traseros peculiar: al plegar los respaldos, la banqueta desliza automáticamente hacia adelante, dejando una superficie de carga totalmente plana (imagen). Con esta configuración el volumen del maletero aumenta hasta 918 litros. Bajo el doble fondo del maletero tiene una rueda de repuesto de tamaño reducido (imagen).