smart fortwo electric drive (2017) | Información general

26/06/2017 |Pablo David González (@PD_Gonzalez) y Fernando Ríos (@RiversChains)

Es la versión eléctrica del smart fortwo. Con carrocería cerrada cuesta 23 303 euros y con la descapotable 26 733 euros (todos los precios). La autonomía homologada de la primera es 160 km y 155 km con la descapotable. Sustituye al modelo con el mismo nombre que estuvo en venta desde mediados de 2012 hasta principios de 2016 (más información).

Su precio es mucho más alto que el un smart fortwo con cambio automático y motor de gasolina de 71 o 90 CV de potencia (ficha comparativa de versiones con carrocería cerrada), aunque la diferencia se reduce mucho si aplicamos la ayuda a vehículos eléctricos que supone el Plan Movea 2017, que en el caso del smart es 5500 euros.

El motor eléctrico da 82 CV de potencia máxima (7 más que el modelo anterior) y permite al fortwo acelerar desde parado hasta 100 km/h en 11,5 segundos (0,3 s más en la versión descapotable) y alcanzar 130 km/h de velocidad máxima (limitada electrónicamente). La batería está ubicada bajo los asientos, es de iones de litio y tiene 17,6 kWh de capacidad, la misma que su antecesor. Sobre estos y otros aspectos relacionados hay más datos en la sección de información técnica.

Hemos probado el smart fortwo coupé electric drive 2017 en las calles de Miami, Estados Unidos. El funcionamiento del sistema propulsor es mucho más agradable que el de cualquier otro smart con motor de combustión. No hay vibraciones, el ruido del motor eléctrico es muy bajo, despreciable comparado con cualquiera de los motores de gasolina del smart, y su respuesta al acelerador es inmediata. Además, al tener una transmisión con una única relación, no hay vaivenes en los cambios de marcha (como con un cambio manual), ni retraso en la respuesta de la transmisión cuando se pisa a fondo (como en un cambio automático convencional). Esta información es plenamente aplicable al modelo con carrocería descapotable, que hemos conducido en los alrededores de Ginebra (Suiza).

Al margen de su faceta eléctrica, hay características que ayudan a que sea un buen coche de ciudad: su reducido tamaño y lo bien que maniobra. Al igual que ocurre en las versiones con motor de gasolina, los smart eléctricos tienen una suspensión dura, que puede llegar a ser incómoda si hay frecuentes irregularidades o badenes.

Como en las versiones de gasolina, el motor eléctrico está colocado bajo el piso del maletero. Sin embargo, a diferencia de estas, el piso apenas se calienta porque el motor eléctrico desprende menos calor.

Las desventajas del smart electric drive con respecto al resto de versiones con motor de combustión son, además del mayor coste de adquisición señalado más arriba, las habituales de los vehículos eléctricos en la actualidad: la autonomía y la facilidad para acceder a un puesto de recarga de baterías. La gravedad de estos inconvenientes será mayor o menor en función de la situación particular de cada usuario.

En los recorridos que hemos hecho por Miami con la versión cerrada, principalmente por las calles de la ciudad, el consumo medio ha variado, de acuerdo con el ordenador de viaje, entre 15 y 16 kWh/100 km. La conducción ha sido ágil en la mayor parte de los recorridos, con aceleraciones a fondo puntuales. Íbamos dos personas en el vehículo, sin apenas carga en el maletero (un par de mochilas) y con el climatizador conectado en ocasiones y en otras no (en este último caso circulamos con las ventanillas bajadas). La versión descapotable la hemos conducido con mucho calor exterior y con el aire acondicionado conectado en todo momento. El estilo de conducción fue muy parecido al del modelo cerrado y el consumo resultante fue de 21,1 kWh en los primeros 27 kilómetros y bajó a 18,8 kWh al final de los 52 de los que constaba el recorrido (es posible que en esta segunda parte la conducción fuera más suave).

Junto a la palanca de cambios hay un botón con el que el conductor puede seleccionar un modo de conducción denominado ECO, destinado a reducir el consumo. Al activarlo, la velocidad máxima a la que puede circular el vehículo se reduce y el motor reacciona con más lentitud ante los movimientos realizados sobre el pedal del acelerador. Además, el nivel de retención (de los cinco posibles) se sitúa en el máximo.

Según smart, una carga de la batería de 0 a 80 % requiere entre 6,0 y 6,5 horas en una toma doméstica o 45 minutos en un wallbox (una toma de pared que requiere instalación; imagen). Es posible programar y consultar el proceso de carga de la batería desde una aplicación para teléfonos móviles denominada «smart control App». Esta aplicación también permite caldear o refrigerar el habitáculo a distancia mientras el coche se encuentra conectado a la tomar de recarga.

No hay cambios de aspecto significativos que distingan esta versión de cualquier otra de la gama fortwo, más allá de las inscripciones «electric drive» repartidas por la carrocería. Opcionalmente se podrá pedir el paquete «Electric Drive Design», en el que se incluye una pintura verde para la célula de seguridad y para las carcasas de los retrovisores exteriores (como el que aparece en la galería de imágenes).

En el habitáculo no hay cambios relevantes. La mayor diferencia se encuentra en que el sistema multimedia y la pantalla del cuadro de instrumentos incluyen menús específicos en los que se puede visualizar la carga de la batería, la autonomía restante y el flujo de energía. Otra diferencia es que el indicador que va pegado al pilar delantero izquierdo, en vez de tener un cuentarrevoluciones y un reloj, tiene un medidor de cantidad de energía utilizada (imagen) y otro que enseña el porcentaje de carga de la batería (imagen). Las impresiones del interior del smart fortwo son perfectamente aplicables al smart fortwo electric drive.