Opel Meriva 1.6 XE (2003) | Muy recomendable para quien utilice a menudo las plazas traseras

25/05/2003 |Juan Manuel Pichardo

La solución que ha dado Opel a los asientos traseros del Meriva me parece la mejor que hay en el mercado, porque conviene igualmente a quien usa normalmente cuatro plazas, a quien ocasionalmente necesita cinco y a quien siempre necesita las cinco.

No hay en el mercado otro coche que cueste lo mismo que el Meriva y se pueda configurar como un cuatro plazas. Lo más cercano son los monovolúmenes de asientos desmontables (como el Renault Scénic), más incómodos de manejar que los del Meriva.

Hay razones de seguridad y de confort por las que un asiento trasero de dos plazas es preferible a uno de tres. Cuanto más lejos viajen los pasajeros de las puertas, tanto menos riesgo corren en caso de choque lateral. Con el asiento del Meriva en configuración de dos plazas, los pasajeros van muy lejos de las puertas; más que en cualquier otro coche que tenga tres plazas traseras, sea cual sea su tamaño.

La amplitud que hay atrás cuando está configurado para cuatro plazas también es muy difícil de encontrar en otros coches, e imposible si miramos en los que tengan un tamaño y un precio semejante. Si se llevan los asientos hasta atrás del todo, hay más espacio longitudinal que en cualquier otro coche de asientos traseros fijos, salvo el Škoda Superb. La altura no es la mayor del mercado, pero sí suficiente para personas altas. Una ventaja más es que los respaldos tienen ajuste de inclinación.

Si el Meriva se usa normalmente como cuatro plazas y ocasionalmente como cinco, también es más cómodo que otros monovolúmenes. La alternativa a la solución del Meriva son los asientos desmontables, que son incómodos de manejar y menos funcionales (si se desmonta el asiento central trasero sólo se puede tener siempre a mano si se transporta en el maletero).

En el Meriva, en cambio, hay un sistema muy cómodo para pasar de cuatro a cinco plazas, que no requiere desmontar nada. Sólo hay que llevar el asiento a través de unas guías. Es fácil mover los asientos con los brazos, pero es más fácil aún sentarse sobre ellos y ayudarse con el impulso del cuerpo.

El Meriva también es un buen cinco plazas, dadas sus dimensiones. Tiene 137 cm de anchura entre hombros, que es poco para tres personas en términos absolutos, pero más de lo que se puede conseguir en cualquier coche de su precio. Por la forma y el relleno del asiento, la plaza central es menos incómoda que en otros modelos, sean o no monovolúmenes. Esta plaza central tiene reposacabezas y un cinturón de tres puntos, de los de doble hebilla. Si se va a utilizar esa plaza, lo mejor es que su ocupante se abroche el cinturón antes de que se sienten los otros dos pasajeros. No es un buen sitio para llevar una silla de niño porque se desplaza lateralmente y no tiene argollas Isofix; es mejor ponerla en cualquiera de las dos plazas laterales.

Para los pasajeros de las plazas traseras hay (opcionalmente) unas mesas plegables colocadas tras los respaldos delanteros. Estas mesas son pequeñas y sólo quedan en posición horizontal si los respaldos delanteros están anormalmente inclinados hacia atrás.

Hay varios huecos para guardar cosas: una red tras los asientos delanteros, bolsas rígidas en las puertas y —en las versiones Enjoy y Cosmo— un cajón central (que Opel llama «Asistente de viaje»). Este cajón está colocado en el respaldo de la plaza central trasera, de manera que aparece cuando ese asiento se abate. Tiene un hueco grande con fondo de material antideslizante, dos portabotes (que quedan demasiado inclinados), y un apoyabrazos mullido y con un ajuste longitudinal de 7 cm. Este cajón se desmonta fácilmente.

De serie en el Enjoy y en el Cosmo hay dos luces independientes para las plazas traseras, útiles para leer aunque algo escasas de intensidad. También opcionalmente puede llevar un techo de cristal en las plazas traseras, que se levanta pero no se desliza. Dado lo adecuado que es el Meriva para llevar pasajeros atrás, echo en falta salidas de aire orientables, bien en la consola o bien en los laterales.

Por 150 €, cualquier versión del Meriva puede tener el sistema llamado «Twin Audio», que consiste en que los ocupantes de las plazas traseras tienen la posibilidad de seleccionar la fuente de sonido que no haya seleccionado el conductor, y escucharla mediante auriculares. Por ejemplo, escuchar un disco mientras el conductor escucha la radio, o viceversa.

Por 2.000 €, se puede poner el sistema «DVD Autovision», que consta de un monitor en color de 7 pulgadas colocado en el techo, dos auriculares inalámbricos y toma para dos auriculares de cable, y una conexión para una consola de juegos. Se puede, por tanto, ver películas en DVD, escuchar CD’s de música (independientemente de lo que haga el conductor con el equipo de sonido delantero) o jugar; no tiene sintonizador de televisión ni de radio.