BMW Serie 7 730d (2002) | Mucho que manejar desde el puesto de conducción

26/11/2002 |Víctor M. Fernández

Por su similitud con el 730d, intercalo algunos de los comentarios que realizó mi compañero Juan Manuel Pichardo en la prueba del BMW 735i.

En el 730d es fácil encontrar una posición de conducción cómoda. El volante tiene reglaje eléctrico en altura y distancia, y su regulación permite colocarlo a la medida. La unidad que he probado llevaba también reglajes eléctricos en el asiento (opción de 413 €) y su ajuste resulta muy cómodo y preciso (permite colocar el asiento milimétricamente a nuestro gusto). Se puede regular la banqueta en altura, inclinación y distancia, la inclinación del respaldo y el apoyo lumbar. Dicho asiento me ha parecido cómodo, por su forma, mullido y sujeción.

Opcionalmente, se pueden poner en las plazas delanteras los asientos «Classic» (2.408 €). Su mayor posibilidad de ajustes requiere más tiempo para encontrar la posición adecuada, pero permite configurar su forma a la medida para personas de cualquier talla y complexión (más información sobre los asientos Classic). Como es una opción cara y los asientos de serie también me parecen cómodos (si llevan el reglaje eléctrico opcional), creo que es una opción que debemos valorar.

BMW ha puesto tantos botones en el volante que ha dejado poco sitio para agarrarlo adecuadamente (más información sobre los mandos del volante). Según el tamaño de la mano y la forma de agarrar el volante que tenga cada persona, podrá encontrarlo cómodo o no. Quien no tenga costumbre de cerrar los cinco dedos sobre el aro del volante, sino sujetarlo sin cerrar la mano, puede que lo encuentre cómodo. Si, además, tiene la mano grande, podrá alcanzar fácilmente los mandos secuenciales del cambio. Quien tenga la mano pequeña y no se sienta cómodo si no cierra completamente la mano, tendrá un problema con este volante, hasta que se acostumbre a llevar las manos en otro sitio.

Los mandos de intermitentes, limpiaparabrisas y programador de velocidad son secuenciales (no tienen posiciones fijas). Estos dos últimos funcionan bien, pero el de intermitentes me parece mejorable en tres aspectos: uno, que es necesario un giro muy grande del volante para que deje de parpadear; dos, que se oye poco; tres, que para maniobras donde se gira poco hay que sujetarlo (el de Mercedes da cuatro destellos con una sola pulsación).

Mediante un solo mando situado en la consola central se controlan ocho elementos distintos del denominado i-Drive: el equipo de sonido, mandos manuales de la climatización, navegador, teléfono, ordenador de viaje, programación de ciertas funciones, conexión con la red Assist de BMW y textos de ayuda. Algunos de estos elementos son opcionales. Cuando se elige una función, aparece en la pantalla central que tiene en el salpicadero (más información sobre el i-Drive).

Como sistema para agrupar y manejar muchas cosas con un solo mando me parece muy conseguido, pero exige dedicar bastante tiempo para aprender su funcionamiento. Por otro lado, el acceso a las distintas funciones con el i-Drive también me parece más lento que si tuviera mandos independientes.

El principal problema que veo al i-Drive es que puede distraer la atención del conductor. Para cualquier operación o ajuste hay que mirar a la pantalla, y a veces mucho. Si el conductor está concentrado en la carretera no hay mucho problema, pero tiene que hacer ese esfuerzo porque cabe la posibilidad de quedarse mirando a la pantalla más de lo aconsejable.

El freno de estacionamiento no es mecánico, sino hidráulico; se conecta y desconecta mediante un botón eléctrico situado junto al mando de las luces y actúa sobre las ruedas traseras. Dicho freno de estacionamiento automático ofrece una opción de funcionamiento seleccionable por el conductor («auto parking») que frena el coche automáticamente en cuanto se detiene tras una frenada. Al volver a iniciar la marcha (hacia delante o hacia atrás) quita el freno de las ruedas automáticamente.

Me ha parecido muy útil y cómodo cuando se circula en ciudad, en caravana o para arrancar en una rampa. En cambio, se ha conectado innecesariamente en maniobras de aparcamiento, antes de que el coche estuviera completamente detenido. La función «auto parking» se puede activar o desconectar mediante el i-Drive o, más rápidamente, pulsando el botón del volante con función programable (en este caso debe estar seleccionado el auto freno).

Alrededor del conductor hay huecos bastantes para dejar cosas diversas. El menos práctico es la guantera, que es pequeña, se abre poco y queda lejos. Su función la puede hacer el hueco que hay en el reposabrazos central, que es muy grande (cabe la documentación, las cajas de seis CD y sobra sitio), puede estar refrigerado y tiene dos tapas. Además, hay un cajoncito para cosas pequeñas en el salpicadero, otro en la consola y huecos sin tapa en las puertas.

El sistema de ventilación me ha parecido muy eficaz. (Más información sobre el sistema de ventilación).