BMW Serie 3 Berlina (2012) | Impresiones de conducción

05/04/2013 |Enrique Calle

Con este Serie 3, BMW ha dado un paso importante respecto al anterior en comodidad y suavidad de reacciones. Lo que ha mejorado —la comodidad en un sentido amplio del término—, me parece más valioso que lo que ha perdido —una suspensión con poca capacidad de absorber los baches—. De alguna manera, BMW ha acercado este modelo sus más importantes competidores, como el Audi A4 y el Mercedes-Benz Clase C.

Hemos probado en profundidad el BMW 320d y el 328i con la misma suspensión (la de serie), aunque con ruedas diferentes. El Diesel tenía unas 225/50 R17 y el 328i unas 225/45 R18 (ambas de tipo «run flat», es decir, de las que pueden rodar sin presión durante unos kilómetros y a velocidad reducida).

En ambos casos me ha parecido que el BMW Serie 3 rueda con una gran suavidad pues el interior está muy bien aislado de las asperezas (en forma de vibraciones o ruido) derivadas del contacto de las ruedas con el asfalto, de las irregularidades del piso y del sonido del motor.

La suspensión de serie, que es más bien blanda, da buen resultado en la mayor parte de los casos. Con ella, el Serie 3 transmite gran sensación de control y seguridad en vías rápidas y mantiene la trayectoria con facilidad aunque el piso no esté en perfecto estado. En este último aspecto en particular hay una mejoría importante respecto al anterior Serie 3, que daba la impresión que «rebotaba» mucho sobre asfalto roto.

Esa sensación de aislamiento que produce la suspensión suave del nuevo Serie 3 podría hacer pensar que no es ágil, pero no es así. De hecho, me parece que siendo una de las berlinas del mercado que mejor cambian de trayectoria a cada movimiento con el volante.

Por ejemplo, en las mismas circunstancias donde un BMW Serie 3 entra con facilidad en las curvas lentas, a un Audi A4 le cuesta más. A mi juicio, una faceta positiva del A4 es que quizá con él resulta más fácil acostumbrarse a través de la dirección a sentir en qué situación está el coche en curva o a notar la adherencia que les quedan a los neumáticos. Lo que le ocurre al BMW Serie 3 es distinto: quizá no transmite tanta información (aunque irá por gustos), pero es más ágil y subvira algo menos.

He encontrado diferencias importantes entre los dos BMW Serie 3 que he probado. Por algún motivo que desconozco (la suspensión era la misma en los dos modelos, la de serie, aunque los ajustes no tienen por qué ser idénticos puesto que el peso total del coche y la potencia cambian en cada caso), en las mismas carreteras, especialmente en curvas enzadadas, el 320d me ha parecido más preciso que el 328i.

Me ha dado la impresión, sensación que han corroborado otros redactores de km77.com, que la carrocería del BMW 328i tenía movimientos más amplios y lentos en las curvas enlazadas y por lo tanto le costaba más tiempo «apoyarse» en las curvas. En general, transmite menos confianza al conductor que el 320d. El 320d, por su parte, me ha parecido un modelo casi perfecto por comodidad y precisión en curvas. Igual de cómodo al pasar por los baches que el 328i pero más certero en los cambios de apoyo, con movimientos de carrocería más cortos y que, en general, transmite más confianza al conductor.

BMW da a elegir dos tipos de suspensiones opcionales: la de dureza variable «Suspensión adaptativa M» (que se endurece a voluntad desde un botón en el salpicadero) o la deportiva de ajuste fijo. No he probado ninguna de las dos (intentaremos poder probarlas en los próximos Serie 3 que pasen por km77.com).

Además de conducirlo en carretera, durante la presentación pudimos probarlo en el circuito de Montmeló (Barcelona) en un día muy lluvioso. En el blog de Celedonio y Cogolludo hemos colgado unos vídeos y algunos comentarios de ese día.

320d de 184 CV con cambio manual


Si hubiera que sintetizar las cualidades de esta versión en referencia a su motor, diría que es el mejor coche, entre sus alternativas de potencia y tamaño similar, por su relación entre consumo y prestaciones, no por suavidad ni silencio de funcionamiento.

El 320d tiene una reserva de aceleración excepcional, dentro de un margen de velocidad y de régimen muy grandes. En efecto, como se puede comprobar en el apartado de mediciones, en la medición de aceleración máxima de 80 a 120 km/h, este BMW se sitúa como uno de los modelos más rápidos (de potencia semejante, insisto) entre los que han pasado por km77.com. La sensación que hemos tenido con este Serie 3 es que no hace falta más potencia para circular con gran agilidad incluso a tope de carga por cualquier tipo de vía o para disfrutar de una conducción de estilo rápido.

Es además un motor con una entrega de potencia muy aprovechable pues no hace falta utilizar mucho el cambio de marchas para obtener buena respuesta. La sexta marcha es plenamente utilizable desde unos 90 km/h, que significa ir a poco más 1500 rpm. A esa velocidad en sexta, por regla general, no es necesario quitar marchas para ganar velocidad con soltura cuando se aparta un vehículo lento del carril por el que circulamos o para superar sin perder velocidad las pendientes más pronuncidadas que suele haber en las autopistas o autovías españolas.

Además, ese buen nivel de prestaciones lo consigue gastando muy poco carburante. En nuestro recorrido de referencia que hacemos con todos los coches (143,3 km por una autovía con algún desnivel fuerte, empezando y terminando en el mismo sitio y buscando una media real de 120 km/h), el 320d gastó 5,4 l/100 km (reales) a una media real de 120 km/h (también real). Ese consumo no es de récord (en km77.com hemos probado algún coche que gasta alguna décima menos), pero sí es muy bueno para un coche de 184 CV así de veloz. Además, ese consumo no aumenta exageradamente cuando se conduce de forma descuidada

Lo malo de este motor es que al ralentí (o a muy baja velocidad) es ruidoso y vibra mucho. El sonido del motor se escucha mucho desde el exterior del coche, no tanto desde el interior porque está muy bien aislado, salvo que se circule con las ventanillas abiertas en algún sitio cerrado o en un carretera con paredes a ambos lados.

Las vibraciones que produce el motor son evidentes cada vez que se arranca o para el motor. Llegan en forma de fuertes sacudidas a la palanca del cambio de marchas. Este BMW ha sido uno de los pocos coches (he de reconocer que junto con otros BMW con motor Diesel, como por ejemplo el Serie 1) en los que he desconectado el sistema de arranque y parada automática del motor durante las detenciones porque me acaba molestando. Seguramente en las variantes de cambio automático la palanca no vibre nada o casi nada cada vez que se ponga en marcha el motor o se apague, pero el ruido será el mismo.

El 320d es mucho más suave y agradable una vez que se circula con lanzamiento; de hecho, creo que este BMW es muy adecuado para realizar largos viajes por carretera.

328i de 245 CV con cambio automático


El BMW 328i lleva un motor de gasolina de cuatro cilindros y, como todos los que actualmente lleva el Serie 3, tiene sobrealimentación. Me parece que da muy buen resultado por fuerza, consumo, y en menor medida, por suavidad de funcionamiento. Su forma de entregar la potencia me parece muy agradable pues tiene muy buena respuesta tanto si se apura el motor (sube a 7000 rpm con facilidad) en marchas cortas, como si se acelera en marchas largas desde baja velocidad.

Después de haber conducido el BMW 328i lo cierto es que no he echado mucho en falta las posibles ventajas que puede tener el 335i de 306 CV (de seis cilindros). El 328i ya es muy veloz (tabla de prestaciones); de hecho, mucho más de lo necesario en una carretera abierta al tráfico.

Quizá una ventaja que tiene el 335i es que puede ser más suave de funcionamiento al ser de seis cilindros en lugar de cuatro. El 328i no es especialmente suave al ralentí (desde fuera se escucha que el motor produce un cierto traqueteo que no tienen los motores de seis cilindros de gasolina, ni tampoco algunos de cuatro: en los primeros seguros de este vídeo se puede apeciar lo que digo), mientras que a alto régimen se puede percibir una pequeña vibración en el volante junto con un sonido que no me parece especialmente bonito. Salvo por esas pequeñas diferencias, no hay mucha diferencia entre ir en un 328i y en un 335i.

El 328i que hemos probado tenía cambio automático de ocho marchas y su funcionamiento me parece muy bueno porque es capaz de cambiar rápidamente y sin dar tirones. Además «entiende» bien el tipo de circulación que se quiere realizar y en qué tipo de carreteras se conduce. Por ejemplo, en fuertes pendientes descendentes no pone marchas excesivamente largas sino que quita algunas para dar mayor retención.

Una de las ventajas de este cambio es que, al tener tantas marchas, las más largas tienen un desarrollo muy grande. En particular, la octava da 57,1 km/h por cada 1000 rpm (teniendo en cuenta que el motor da la potencia a 6500, con esa octava el coche podría llegar a 371 km/h si el coche tuviera fuerza suficiente). La sexta marcha del cambios manual es mucho más corta: 45,5 km/h cada 1000 rpm.

Con esa octava tan larga, en un recorrido por autopista lo normal es que el motor funcione sobre 2000 rpm, lo que favorece el consumo. En nuestro recorrido habitual para medir el gasto de carburante, que lo hacemos sobre un recorrido de autopista de 143 km y buscando una media real de 120 km/h, el BMW 328i gastó solo 7,2 l/100 km, que es muy poco para un coche de esta potencia (ese dato sería un consumo normal para un coche de gasolina de unos 90 caballos menos).


Naturalmente, cuando hay cambios de ritmo, se circula por la ciudad o se conduce sin especial cuidado con el acelerador el consumo aumenta considerablemente (durante los más de 1000 km que he conducido este coche el consumo medio total ha estado sobre 10,5 l/100 km), pero esos 7,2 l/100 km a 120 km/h sin que la carretera sea llana dan una idea que es posible hacer viajes largos sin tener que parar a repostar habitualmente (el depósito tiene 60 litros) y sin que el coste en carburante sea muy elevado. No obstante, si se busca que el consumo de carburante sea el mínimo posible, sigue siendo recomendable un modelo Diesel, por muy buen rendimiento que tenga este 328i.

Según el manual de usuario, este motor no necesita gasolina de 98 octanos (la de 95 es suficiente) lo cual no es completamente normal dado que su relación de compresión es relativamente alta.

De serie, todos los Serie 3 tienen un sistema que permite variar entre tres niveles («COMFORT», «SPORT» Y «ECO PRO») la rapidez de respuesta del motor a cada movimiento con el acelerador, la dureza de la dirección, el funcionamiento del control de estabilidad y la rapidez de cambio de marchas de la caja de cambios automática (en caso de estar instalada). Si se elige el paquete de opciones «Sport Line», es posible elegir entre un modo de funcionamiento más deportivo («SPORT +») de los dispositivos mencionados. Estos mandos están ubicados a la izquierda de la palanca de cambios (imagen).