Alfa Romeo 147 GTA (2003) | Buenas prestaciones y elevado consumo

16/04/2003 |Víctor M. Fernández

El motor V6 3.2 del 147 GTA empuja con fuerza desde bajo régimen y resulta agradable de conducir en cualquier circunstancia. Aun así, donde parece más enérgico es entre 4.500 y 6.800 rpm, que es el punto en el cual se produce el corte de inyección, a pesar de que la zona roja del cuentavueltas esté marcada a 7.000 rpm. Su sonido es muy agradable, el característico bramido fino de los motores «V6» de Alfa Romeo que, incluso, llega a petardear ligeramente cuando después de una aceleración fuerte levantamos el pie del acelerador.

Aunque me parece un motor plenamente satisfactorio, creo que no llega al nivel de elasticidad, respuesta a bajo régimen y agrado de conducción del V6 3.2 que lleva el Volkswagen Golf R32 (un motor sobresaliente en su funcionamiento). Mientras que el motor del GTA desarrolla un par máximo de 300 Nm a 4.800 rpm, el del R32 entrega 320 Nm entre 2.800 y 3.200 rpm. El motor de Volkswagen es más enérgico desde bajas vueltas y da una mejor capacidad de recuperación.

De esta manera, si en el Golf R32 recuperamos velocidad desde cualquier marcha con mucha sensación de fuerza, el GTA parece pedirnos una marcha menos para recuperar con mayor celeridad, siempre que estemos por debajo de 4.500 rpm.

Por el contrario, el 147 GTA es más rápido en aceleración, cuando se utilizan sus 250 CV y se emplean a fondo las seis velocidades de la caja de cambios. El peso del 147 GTA es algo más elevado (1.435 kg) de lo esperado en un coche de su tamaño; de lo contrario, podría ser verdaderamente impresionante en prestaciones.

Su manejo es rápido y preciso, permite engranar cada una de las marchas con rapidez y aprovechar al máximo las posibilidades del motor. El recorrido de la palanca entre los cambios es suficientemente corto y la doble «H» no está muy separada. Aunque no me parece un cambio sobresaliente, sí creo que es más rápido en su accionamiento que el del Golf R32. Los desarrollos de transmisión están bien adaptados y el escalonamiento entre las marchas es correcto.

El peso influye también de forma negativa en el consumo del GTA. El Golf R32 pesa todavía más (1.477 kg) y consume menos, dejando en evidencia el peor rendimiento térmico del motor Alfa Romeo. En un uso mixto por carretera y ciudad, realizando una conducción suave y sin superar 120 km/h de velocidad en ninguna ocasión, ha gastado 11,4 l/100 km. También en un uso mixto, pero con un estilo de conducción más dinámico y ágil, el consumo se ha situado entre 14,2 y 15,9 l/100 km. En condiciones de máxima exigencia por carreteras de montaña ha gastado 26,9 l/100 km (el R32 nos gastó 20,3 l/100 km en las mismas circunstancias).

Este elevado consumo limita también mucho su autonomía. En condiciones de uso ágil por carretera y ciudad (algo a lo que invita el GTA) es probable que no lleguemos a recorrer ni 400 km sin parar a repostar. Y en cuanto experimentemos un poco más a fondo sus posibilidades dinámicas, podremos hacer poco más de 300 km.

El ordenador de viaje marca entre 0,1 y 0,4 l/100 km de menos en sus indicaciones de consumo medio y su medición no supera 25 l/100 km aunque el consumo real sea más elevado.