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Los hijos de Mad Max

Ayer me llegó (vía mi tienda favorita de Internet, que empieza por A y acaba por MAZON) una peli llamada Doomsday.

Debo confesar que empecé a mirarla con ciertas reticencias y aun admitiendo el delirio que representa me lo pase inesperadamente bien.

La cosa va de lo siguiente: un virus al que llaman “la parca” (the reaper, en inglés) aparece en Glasgow y se carga tropecientas mil personas antes de que las autoridades decidan armarse de razones y construir un muro para evitar que la infección llegue a Inglaterra.

Décadas después y con Londres sometida a una dictadura más o menos salvaje que está conduciendo a la población hacía posiciones más bien anarquistas el virus reaparece en este lado del muro. Esta vez avanza aun más rápido y en 48 horas se habrá cargado a todo bicho viviente.

El gobierno decide enviar a un equipo al otro lado del muro (el de los escoceses) ya que gracias a sus satélites han descubierto que hay supervivientes, y si hay supervivientes es que debe haber una cura.

A partir de ahí lo dicho: punkis con cocteles molotov,  tios que viven en la edad media, un científico loco que se cree Macbeth (o el rey Lear) y mucho, mucho desfase: imaginaos un cruce entre las partes más salvajes de Mad Max II, un anti-heroe (en versión femenina) como el que interpreta Snake Plissken (Kurt Russell) en 1997: Rescate en Nueva York y un apocalipsis de pandereta.

Pues todo eso y más es Doomsay.

Y naturalmente, porque de eso se trata, aparecen un montón de coches y al final una persecución…delirante, con perdón por la redundancia.

Un Bentley Continental GT contra una armada de cacharros que incluyen un Jaguar, un Opel Kadett o un Rover 2600. Lo de cacharros viene por el “tunning” que incorporan.

¿Alguien la ha visto? ¿Qué os pareció? ¿Demasiado Mad-Max?

T.G.

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