El SEAT Ibiza Cupra con motor de gasolina de 180 CV tiene unas cualidades dinámicas muy buenas. Lo que más le distingue es que tiene una capacidad de aceleración, mayor que la de cualquier coche de su precio. Está a la venta por 20.663 €.
Entre los coches de sus características, es de los mejores atendiendo a su capacidad para ir rápido por carreteras de curvas y por las sensaciones que transmite, pero no es el más «deportivo» en términos absolutos. Tiene una suspensión muy poco confortable, pero es fácil de conducir y no es ruidoso en exceso.
Según mediciones de km77.com es más rápido que un Peugeot 206 RC (que tiene un buen motor atmosférico de 177 CV); más que un Mini Cooper S de 170 CV y más que el anterior Clio Sport de 179 CV de potencia. El Peugeot 206 tiene un precio semejante al Ibiza Cupra (20.460 €) y el Mini Cooper S es apreciablemente más caro (23.950 €)
Para encontrar alguno que tenga una capacidad de aceleración similar o ligeramente superior, hay que buscar entre coches más potentes, grandes y caros, como el Golf GTI o el Astra GTC 2.0 T, ambos de 200 CV.
Esta versión del Ibiza corre mucho y además da la sensación de que lo hace con mucha facilidad. Tiene un motor agradable de utilizar porque es relativamente suave, y una capacidad de aceleración grande en un margen de utilización particularmente amplio. Se puede conducir en ciudad en marchas largas con cierta reserva de aceleración y supera las 6.000 rpm con mucha facilidad (a pesar de que la potencia máxima es a 5.800 rpm).
Otro factor que favorece que sea agradable de utilizar es que su respuesta al acelerador es más bien rápida, aunque tampoco tanto como la de otros motores turboalimentados de reciente aparición (como el 1.6 turbo de 180 CV que tiene el Opel Meriva OPC y que montará el futuro Corsa OPC en una variante de 193 CV).
Un Ibiza 1.9 TDI 160 CV Cupra (con motor Diesel de 160 CV) es más lento y es menos agradable de utilizar porque es ruidoso, vibra y el margen donde la aceleración es intensa es más reducido que en el de gasolina.
Lo que sí tiene ese Cupra con motor Diesel es un consumo mucho más bajo que la variante de gasolina. El Cupra de gasolina y 180 CV puede gastar unos 22 l/100 km en una carretera de montaña a un ritmo muy rápido, en un recorrido suficientemente largo para que el consumo se estabilice. En un recorrido similar, el Cupra Diesel puede gastar aproximadamente 13,0 l/100 km.
En un recorrido por autovía con ligero viento en contra, a una media real de 125 km/h gastó 9,9 l/100 km. En un recorrido similar, pero sin viento y a una media de 133 km/h, el Ibiza Cupra Diesel gastó 7,4 l/100 km.
El consumo mínimo que se puede obtener conduciendo con suavidad es unos 8,0 l/100 km. Según nuestras mediciones, las indicaciones de consumo del ordenador son unos 0,3 l/100 km inferiores a las reales.
El Ibiza Cupra es un coche muy deportivo. No es recomendable como coche para viajar por carreteras bacheadas porque la suspensión es muy dura y porque —dado el reducido perfil de los neumáticos— las llantas quedan muy expuestas a golpes; también están expuestas a roces de aparcamiento porque sus brazos sobresalen del flanco del neumático.
La unidad de pruebas tenía unos neumáticos Pirelli PZero Nero con los que la adherencia lateral es grande. Tiene unas reacciones rápidas, pero no es particularmente difícil de conducir para su planteamiento. Un Mini Cooper S con llantas opcionales de 17 pulgadas requiere más atención a un ritmo elevado en carreteras medias o rápidas porque tiene reacciones muy vivas, que le restan facilidad de conducción (sus suspensiones tienen unos recorridos cortos y no es infrecuente hacer topes en según qué circunstancias) y no es más estable que el Ibiza en las lentas.
Un Peugeot 206 RC también es algo más exigente de conducir en algunas circunstancias; a cambio, es un coche que tiene un tacto extraordinario y una agilidad de reacciones en carreteras retorcidas que ni tiene el Ibiza, ni muchos coches deportivos de mayor potencia.
El 206 RC es para quien busque lo máximo en agilidad. Su trayectoria está directamente relacionada con los movimientos del volante, del acelerador y del freno. Aunque un Ibiza Cupra es ágil, no es tan fácil notar el deslizamiento de las ruedas porque no tiende a sobrevirar en los cambios bruscos de apoyo.
En el Ibiza Cupra, aun con el control de estabilidad conectado, se puede conducir a un ritmo elevado sin que intervenga con frecuencia (si se conducir con precisión). La motricidad es buena teniendo en cuenta la energía del motor.
Nuestra unidad de frenos tenía la opción de frenos «SEAT Racing» (1.332 €). Como en km77.com no hemos probado un Ibiza Cupra con los frenos de serie, no podemos recomendar unos u otros. Lo que sí podemos decir es que los frenos opcionales no son infalibles: en un recorrido de montaña con fuertes e intensas frenadas es posible sobrecalentarlos. En tales circunstancias, el tacto del pedal del freno se vuelve algo esponjoso, aunque da la impresión de que los frenos todavía conservan suficiente capacidad para detener al coche en pocos metros.
Tiene un buen puesto de conducción. Los asientos son cómodos y sujetan correctamente al cuerpo en las curvas, sin ser extraordinarios (los de un Altea FR son mejores). En la instrumentación se echa en falta algún indicador del estado del aceite.