En el habitáculo del Clase E (2020) apenas hay cambios sobre lo que ya contamos en la prueba del modelo anterior. Se nota que Mercedes-Benz ha priorizado sobre otros asuntos que el aspecto sea muy vistoso y sofisticado, algo que ha conseguido. El habitáculo de un BMW Serie 5 tiene un diseño interior más sobrio, pero está fabricado con más esmero: los materiales de recubrimiento son de una calidad superior y el conjunto transmite una mayor sensación de solidez. Lo mismo sucede con un Audi A6, aunque en menor medida.
En este sentido, tras una semana de pruebas con el Clase E y el Serie 5, hemos apreciado que el BMW tiene mejores remates y materiales en la guantera, la consola central, los tiradores de las puertas y el guarnecido del maletero, por ejemplo. Lo contamos con detalle en esta vídeprueba comparativa. En cualquier caso, que el BMW sea mejor no quita que, en conjunto, este Mercedes-Benz deje una buena impresión.
Lo que sí es de gran calidad en el Clase E son las dos pantallas que van colocadas en el salpicadero: su resolución es fantástica y se ven bien en cualquier condición de luz (al menos esto es así en las de mayor tamaño posible, que son las que hemos probado). Los nuevos mandos táctiles que permiten manejar ambas pantallas desde el volante me han dejado un regusto agridulce. Por una parte me han gustado, ya que están bien ideados, cada una de ellos asignado a una de las pantallas. Lo malo es que en ocasiones no captan bien las pasadas con los dedos o incluso interpretan el movimiento contrario, por lo que requieren de cierta atención.
El volante del Clase E (2016) ya llevaba dos superficies táctiles (en lugar de cuatro), aunque no iguales. Lo que más cambia en el nuevo modelo es que ahora el programador de velocidad se maneja con la zona inferior izquierda de los mandos del volante y no con una palanca que había tras él. Además, el nuevo aro con superficie capacitativa hace mucho más confortable el uso del sistema de mantenimiento en el centro del carril, pues no es necesario aplicar frecuentemente un par de giro con las manos para que el sistema no se desactive.
También ha cambiado la manera en que se controla la pantalla central desde la consola. Antes había una superficie táctil y una ruleta y ahora solo ha quedado una superficie táctil, de mayor calidad que antes, con algunos botones en su parte superior. Como hemos dicho en otras ocasiones sobre este sistema de Mercedes-Benz, el sistema multimedia puede resultar un poco abrumador, sobre todo al principio, porque el manejo de algunas funciones no es muy intuitivo y es necesario un proceso de aprendizaje relativamente largo para desviar poco la atención al utilizarlo durante la conducción.
En la fila delantera se viaja muy a gusto, con mucho espacio, y resulta fácil encontrar una postura ideal para conducir. Los asientos de nuestra unidad de pruebas eran los de serie (aunque con una tapicería de cuero opcional), que ya tienen multitud de regulaciones (todas ellas eléctricas) y un mullido relativamente firme que me ha parecido muy confortable. En el Clase E se va sentado un poco más alto que en el Serie 5 y desde su puesto de conducción se ve muy bien el entorno, sobre todo hacia delante y los laterales. Para su tamaño, es un coche que no cuesta mucho manejar en entornos urbanos o espacios reducidos. A esto último ayuda el excelente sistema de cámaras que va incluido en el paquete de ayuda al aparcamiento con sistema de cámara de 360º (cuesta 611 euros si se elige solo, aunque va incluido dentro de varios paquetes de equipamiento grandes, con muchos elementos).
Según nuestras mediciones, el Clase E tiene la mayor anchura en la fila trasera entre puertas de sus rivales. El espacio para las piernas, sin embargo, no es tan bueno como el de la mayoría, aunque resulta suficiente para que cuatro personas de hasta 1,85 metros de estatura viajen con desahogo. El Serie 5 nos ha parecido más confortable y agradable para viajar atrás, sin que ello implique que el Clase E sea malo en ningún aspecto. Por ejemplo, el acceso a las plazas traseras es claramente mejor, ya que sus puertas son más grandes y el movimiento que tiene que realizar el cuerpo es más cómodo y hay más espacio para introducir los pies.
Una vez dentro, el túnel de transmisión molesta menos en el BMW y el espacio lateral en la zona de la cabeza es mayor. La sensación es de mayor amplitud y luminosidad que en el Mercedes-Benz. Los asientos del Serie 5 también nos han gustado más porque recogen mejor el cuerpo y la postura al ir sentado es más relajada. En el Clase E se puede instalar un sistema de climatización de tres zonas (una específica para la parte trasera; cuesta 1131 euros), mientras que el BMW ofrece una de cuatro. En definitiva, pensamos que, en conjunto, el BMW se corresponde más con el concepto tradicional de una berlina de lujo.
El maletero del Clase E berlina tiene 540 litros en las versiones que no son híbridas enchufables. Es un volumen ligeramente superior al que tienen un Audi A6 y un BMW Serie 5 (530 litros). Los respaldos de los asientos traseros se pueden abatir, de serie, en proporción 40:20:40. En el Clase E (2016) esto formaba parte del equipamiento opcional. En el lado izquierdo hay una malla para sujetar objetos pequeños. Las versiones híbridas enchufables tienen un maletero mucho más pequeño, con un gran escalón, por lo que la capacidad se reduce mucho, a 370 litros, y pasa a ser uno de los híbridos enchufables con menos capacidad de maletero entre sus rivales, como se puede apreciar en este listado.