La suspensión de este Clase B se caracteriza por lo cómoda que resulta en casi toda circunstancia. Únicamente me ha parecido algo seca al pasar ciertos baches a poca velocidad (en ciudad), algo que se nota más en las plazas traseras que en las delanteras.
Por donde mejor va es por carreteras rápidas; en este tipo de vías se puede ir muy rápido con mucha seguridad porque el estado del pavimento le afecta menos que a otros monovolúmenes de este tipo. Además, es muy estable alta velocidad sin llegar a ser incómodo para los ocupantes.
En carreteras lentas tampoco va mal. Los movimientos de la carrocería (balanceo y cabeceo), aunque existen, están muy limitados. Entra mejor en curva que el Clase A que ya habíamos probado, posiblemente por los neumáticos que llevaba cada uno: el Clase B, Goodyear Excelence asimétricos en medida 205/55R16; el Clase A, Continental ContiEcoContact 185/65R15.
Cuando está apoyado no es de esos coches que permiten cerrar más la trayectoria; si se intenta, subvira. Es difícil que sobrevire ahuecando en curva o incluso tocando el freno; en este sentido, no es un coche ágil.
El control de estabilidad es de serie y no se puede desconectar. Su funcionamiento me ha parecido muy bueno; no es de esos que están entrando en funcionamiento continuamente y su actuación en casos de subviraje me ha parecido de lo mejor que he probado.
Los bajos van carenados desde el motor hasta la suspensión trasera (excepto la línea de escape). En carreteras muy bacheadas hay que tener cuidado porque una parte de este carenado está a 95 mm del suelo y es fácil golpearlo.
El cambio de seis velocidades se maneja con precisión pero no me ha parecido tan rápido como los que emplea BMW. No es habitual que un coche de su potencia lleve una caja de más de cinco relaciones.