El motor 2.0 DVTD de inyección directa se caracteriza por tener una culata de cuatro válvulas por cilindro yturbocompresor variable. Desarrolla una potencia de 101 CV y, después de probarlo, podría parecer bueno si no lo comparásemos con el 1.9 dCi de Renault (105 CV), pero hecha la comparación, se queda un poco corto en prestaciones y también tiene un consumo algo superior.
Por prestaciones, me ha dado la sensación de que está más cerca del motor 2.0 HDI (Citroën y Peugeot) con 90 CV que de los motores 1.9 dCi del Renault Scenic y Mitsubishi Space Star (con 105 y 102 CV respectivamente) o JTD 110 de Fiat. Le falta algo más de elasticidad y, sobre todo, más nervio. Da la sensación de ser menos potente, en parte por tener que arrastrar un peso de 1.370 kg. Aunque comienza a dar fuerza desde 1.500 rpm, no es hasta 2.000 ó 2.200 rpm donde empieza a empujar con más energía.
En las marchas cortas sube sorprendentemente bien hasta 4.700 vueltas, pero en las largas, los desarrollos de transmisión parecen quedarle un poco largos a este motor (44,4 km/h a 1.000 rpm en 5ª). En quinta, la unidad que hemos probado no era capaz de superar 3.700 rpm llaneando (el cuentavueltas tiene error y son 3.850 rpm reales), cuando la mayoría de sus rivales supera las 4.000 ó 4.200 rpm (Multipla, Zafira o Scénic) en las mismas condiciones. A dicho régimen, el Premacy DVTD de pruebas rodaba a 172 km/h reales y ya había superado ligeramente la velocidad máxima declarada por el fabricante (170 km/h), también por debajo de la velocidad declarada en todos los monovolumen de su categoría.
Nuestras mediciones nos han confirmado unas prestaciones discretas, sobre todo en adelantamiento, manteniendo algo más el tipo en las recuperaciones. Para que gane velocidad obliga a exprimir la zona alta del cuentavueltas y la falta de un verdadero tirón por debajo de 2.000 rpm no le hace especialmente agradable o elástico en su uso por ciudad. El tiempo de respuesta de su turbocompresor variable es algo lento, el motor resulta ruidoso y al ralentí traquetea como un Diesel de antaño.
En consumo se mantiene dentro de unos valores bajos en términos generales, pero no consigue afinar tanto como otros motores turbodiésel similares. El consumo medio homologado (6,3 litros/100 km) no es de los más altos, pero también hay otros más bajos, como el Citroën Xsara Picaso 2.0 HDI (5,5 l/100 km), Mitsubishi Space Star 1.9 DI-D (5,5 l/100 km) o el Renault Scénic 1.9 dCi (5,9 l/100 km). En nuestras mediciones, el Mazda Premacy DVTD 16V ha gastado 6,5 litros/100 km en un uso mixto por carretera y ciudad a ritmo normal. En condiciones de máxima exigencia, el consumo ha sido de 11 l/100 km.
El velocímetro marca entre 3 y 4 km/h de más, mientras que el cuenta kilómetros marca de menos: cada 10.000 m recorre 10.250 m reales.