Los asientos delanteros que tenía nuestra unidad de pruebas son los opcionales, que en el 120i cuestan 283 €. Se distinguen de los asientos de serie en que se puede variar manualmente la longitud y la inclinación de la banqueta, en que se puede variar eléctricamente lo abiertos o cerrados que están los laterales del respaldo, en que tienen redes en la parte posterior de los respaldos y en que incluyen ajuste de altura para el asiento del acompañante. Estos asientos deportivos no incluyen el ajuste del apoyo lumbar, que es necesariamente eléctrico y cuesta otros 283 € en el 120d.
Los asientos en sí me han parecido muy buenos desde todo punto de vista, salvo porque todos hemos echado en falta un poco más de apoyo del respaldo en la zona lumbar.
La posibilidad de alargar la banqueta hace que las personas más altas encuentren el apoyo adecuado para las piernas.
El ajuste de inclinación de la banqueta hace que se puedan sentir cómodas personas con muy distintas formas de sentarse al volante. El ajuste del apoyo lateral del respaldo me parece muy interesante, sobre todo por lo fácil que es de variar; es un mando eléctrico.
Es posible conducir cerca del suelo, una característica de BMW. No lo es tanto como antes, pero sí más que en un Serie 5. El recorrido de los ajustes es muy grande. Tiene un buen apoyo para el pie izquierdo; amplio, plano y duro.
Las luces de serie no se distinguen ni por su intensidad ni por su amplitud; no conozco las luces opcionales de doble xenón (632 € y no puede tener iluminación en curva), pero me parece que pueden ser recomendables si se va a utilizar mucho el coche de noche por zonas no iluminadas. La visibilidad en tres cuartos trasero está muy limitada por los montantes de la luneta y por los reposacabezas traseros.
El cambio manual es el característico de BMW: los recorridos no son cortos y cuando se maneja despacio puede parecer duro pero, cuando hay que manejarlo muy rápido, responde perfectamente, ya no parece duro y resulta difícil fallar. El pedal del acelerador es de los que van articulados en el suelo, de manera que se puede hacer «punta-tacón» con la parte lateral del pie o con el tacón.
Le falta instrumentación con relación a lo que es normal en BMW y a lo que cabe esperar de un coche que cuesta 28.600 €. Ya no lleva el indicador de consumo instantáneo característico de BMW y tampoco tiene termómetro de agua.
Sí tiene de serie un ordenador donde se puede ver el nivel de aceite, algo que me parece muy útil para no mancharse las manos con la varilla. Otros datos que muestra el ordenador (además de los normales de consumo, velocidad y autonomía) son los kilómetros que quedan para pasar una revisión o cambiar algún elemento del coche.