El Corsa es el coche de su clase con mayor distancia entre ejes, y Opel lo ha aprovechado para que el espacio interior sea muy amplio. Es, con el Punto, el que da más espacio para los pasajeros, especialemente longitudinal y altura. Es mucho más ancho que el Corsa anterior y —proporcionalmente a su tamaño— también más que otros Opel. El maletero tiene 260 litros, menos que un Punto o un Ibiza pero más que otros coches de esta clase.
El puesto de conducción de esta versión mantiene algunas peculiaridades del anterior Corsa (y del anterior al anterior) que lo pueden hacer incómodo. Por ejemplo, el volante sigue torcido: la parte derecha queda dos centímetros más cerca del conductor que la izquierda. También ocurre que el centro del volante no coincide exactamente con el centro del asiento.
Tiene ajuste vertical y longitudinal del volante; este último es muy práctico, pero el vertical es en realidad un ajuste de inclinación, más que de altura. El volante, de 39 cm de diámetro, es mayor de lo común e innecesariamente grande, dada la asistencia que tiene la dirección. El reposacabezas no tiene ajuste, ni de altura ni de inclinación, y puede quedar bajo. El ajuste de altura del asiento no es —como en otros Opel y en otros competidores— con una palanca de dos movimientos, sino con un trinquete y un muelle. Se maneja peor y, además, no cambia solo la altura, también la inclinación; en la posición más baja el asiento queda muy inclinado hacia atrás.
Con todo esto, hay personas que se sientan en el Corsa y no se sienten incómodas, y otros que sí. Yo he tenido el coche una semana y lo he devuelto sin encontrar la postura adecuada, algo que muy raras veces me ha ocurrido. Es mejor probárselo antes de comprarlo, con la idea de que debe ser el coche lo que se adapte al conductor y no viceversa.
El acceso a los mandos es bueno en general, a excepción de los de la ventilación. Los del equipo de sonido ocupan un área muy extensa y están en la parte alta de la consola, lo que deja a los de ventilación abajo y en un espacio pequeño. Hay que mirar para poder manejarlos, y en ciertos casos, detenerse un instante para buscar. Por ejemplo, para distinguir el botón de recirculación de aire de otros dos iguales que hay junto a él.
La visibilidad de esta versión de cinco puertas es satisfactoria hacia cualquier ángulo, con la ventaja añadida del espejo derecho con el extremo panorámico, que quita parte del ángulo muerto (muy útil en ciudad, sobre todo).
El acceso es también más fácil de lo normal, por el ángulo en que abren las puertas y por la gran altura del vano.
El sistema de ventilación funciona bien y no es ruidoso en las dos velocidades más bajas del ventilador. Aunque éste esté parado, entra el aire necesario si la velocidad del coche es suficiente. Las salidas de aire que hay en el salpicadero permiten calentarse las manos (al volante), pero también pueden desviar la corriente de aire si es frío.
El ajuste parece bueno, los materiales no son muy refinados y falla en algunas cosas funcionalmente: el mando de los retrovisores no hace fácil dejarlos en la posición adecuada; el mando a distancia a veces abre desde muy lejos y otras no abre desde muy cerca; cuando llueve, se oye dentro un ruido claramente metálico, poco filtrado por el aislamiento.