El Cooper S se distingue externamente del Cooper normal en que tiene la «S» en las salidas de aire laterales y en la parte trasera; en la ranura del capó para refrigeración del intercooler; en los escapes (dos cromados, en lugar de uno); en los estribos; en el pequeño alerón trasero; en el faldón delantero; en el paragolpes trasero; y en el tapón metálico del depósito. Se puede pedir el techo y los retrovisores en blanco o negro, siempre diferente del color de la carrocería.
Por dentro se distingue principalmente por los asientos, por un reposapiés de acero inoxidable, y por el volante de piel. Entre el equipamiento opcional hay elementos como navegador, faros de xenón, sistema de ayuda al aparcamiento (tampoco es muy difícil aparcar con este coche) y sistema control de la presión en los neumáticos.
El interior varía notablemente en función de si lleva navegador o no (Imágenes de interior). Si lo lleva, el velocímetro y el cuentavueltas van situados encima de la columna de dirección, por detrás del volante, y el navegador en el centro del salpicadero. Si no lleva navegador, encima de la columna de dirección sólo va situado un reloj, el del cuentavueltas, en tanto que el velocímetro, de gran tamaño, queda apartado al centro del salpicadero.
La suspensión es la que tiene como opción el Mini Cooper, extremadamente dura. Mini la llama suspensión Sport Plus. Los muelles resultan menos flexibles (2 N/mm) que en el Cooper normal, los amortiguadores son diferentes y más enérgicos y las estabilizadoras son más gruesas (1,5 mm delante y 1 mm detrás)
La dirección es la misma: tiene 2,5 vueltas entre topes y asistencia electrohidráulica. También son de idéntico tamaño los frenos, con cuatro discos, ventilados los delanteros (276 mm delante y 259 mm detrás). La llanta es de mayor diámetro que en los otros Mini, por lo que se hubiera podido montar un disco mayor. No sé si se hubiera ganado algo con ello, pero es casi seguro que sí, ya que una de las cosas que menos me ha gustado del coche es el tacto de los frenos.
El sistema de frenos lleva repartidor electrónico y el dispositivo de frenado en curva CBC de BMW. Tiene de serie control de tracción, pero no control de estabilidad, que todavía no es seguro si será de serie u opcional en España.
Pesa 1.140 kg, 15 más que el Cooper normal. No es un coche ligero con relación a su tamaño. El Clio Sport o el Ibiza Cupra R pesan menos.