El interior del SLK es estrecho. Resulta suficiente en la mayoría de circunstancias y seguramente muy beneficioso para circular sin turbulencias con el techo abierto. El inconveniente es que al conducir rápido por carretera de curvas el brazo izquierdo se queda encajonado entre el cuerpo, la puerta y el reposabrazos y en algunos momentos queda restringida su movilidad y utilidad.
Los asientos, que pueden colocarse muy bajos, también pueden situarse a una altura considerable, porque tienen mucho recorrido vertical. Gracias a ello, cualquier persona puede encontrar una postura adecuada. El volante se regula también con amplitud en dirección horizontal y vertical.
Los mandos que hay en el volante están situados en los radios. Son cuatro teclas en cada lado. A mano derecha, para el equipo de sonido y el teléfono. A mano izquierda, para cambiar el menú del «sistema de mando» y para moverse dentro del menú.
Con el menú puede programarse que se plieguen los retrovisores exteriores al cerrar el coche. Resulta muy útil, porque se trata de un coche ancho y lo espejos sobresalen mucho.
También puede regularse la posición del espejo del acompañante al introducir la marcha atrás, y memorizar esa posición. También se puede ajustar la duración de la desconexión del alumbrado exterior.
Los asientos de nuestra unidad eran regulables manualmente. No tienen regulación del apoyo lumbar, que a todos los que lo hemos probado nos ha parecido excesivo. Según el libro de instrucciones, los asientos regulables eléctricamente tampoco disponen del regulación del apoyo lumbar.
Para mi gusto, la palanca del intermitente está situada en una posición muy baja y alejada del punto adecuado para moverla con la mano izquierda sin esfuerzo.
Se sitúa en ese lugar para dejar hueco a la palanca superior, con la que se gestiona el Tempomat (regulador automático de la velocidad de crucero) y Speedtronic (que impide superar la velocidad fijada previamente).
Como nunca sabe uno cuándo puede requerir más velocidad, hay que usarlos con mucha prevención; como en otros casos, el limitador se desconecta cuando se pisa a fondo el acelerador.