La suspensión del SLK es dura, pero no seca. Resulta cómodo para tratarse de un coche «deportivo», no si se tratara de una berlina. Sorprendentemente, a pesar de esta dureza, la carrocería balancea de forma considerable.
A pesar de este balanceo el paso por curva es muy bueno, resulta un coche ágil, que entra bien en el inicio de los giros y que no se va recto al acelerar. Es un coche sencillo de conducir, al estilo de cómo son los coches en la actualidad, que se pueden llevar rápido sin exigir demasiado al conductor.
El balanceo se nota más en cambio rápido de apoyo. En autovía, por la irrupción repentina de un perro en el carril derecho, cambié de carril con decisión, pero sin brusquedad. Al girar hacia la izquierda, el coche respondió inmediatamente y sin ningún movimiento que hiciera pensar en un esfuerzo excesivo.
Al enderezar nuevamente en el carril izquierdo, ya sin perro delante y con menos brusquedad, fue cuando empezó a deslizar de detrás. Apenas un atisbo de derrapada, que el ESP controló correctamente. Nuestra unidad de pruebas tenía en ese momento menos de 7.000 kilómetros, por lo que no parece probable que los amortiguadores estuvieran en mal estado.
No entiendo por qué motivo, la dirección del Mercedes-Benz 350 SLK es muy dura. En carretera no molesta mucho, pero sí es incómoda para sacar el coche del garaje o moverse por ciudad. Es precisa, pero hay otras que también lo son, y no castigan los brazos y las muñecas.
La combinación de este nuevo motor de seis cilindros (más información sobre este motor) y la caja de cambios de siete velocidades (más información sobre la caja), da un consumo bajo y no una gran capacidad de recuperación. En nuestras medidas, hay muchos coches de potencia inferior, que obtienen mejores recuperaciones en quinta y en sexta que el SLK 350.
El escalonamiento de las marchas es sorprendente para una caja de siete relaciones. La recuperación en cuarta es muy buena, lo que concuerda con la sensación al conducir de que la cuarta sirve prácticamente para circular a buen ritmo por carreteras de montaña. Comparativamente, la recuperación en quinta y sexta es mucho peor que en cuarta. Resulta extraño, porque todavía queda una marcha más. La recuperación en séptima (no aparece en la tabla de mediciones), ha sido muy buena (13,9 segundos).
Es decir, entre cuarta y quinta hay un salto grande y las tres últimas marchas están muy agrupadas. Seguramente, este escalonamiento de las relaciones y las características del motor sean los causantes de un consumo bajo. La séptima es una marcha utilizable con mucha frecuencia y, cuando se necesita una marcha más corta, las revoluciones del motor suben poco.
En un recorrido por autovía con poco tráfico, a un crucero de 120 km/h y 107 km/h de promedio, el SLK ha dado un consumo de 8,7 litros cada 100 km.
En el SLK 350 7G-tronic es complicado medir las recuperaciones. En posición manual o automática, al pisar a fondo el acelerador se supera con facilidad el tope del kick-down, lo que hace que reduzca. Como se aprecia en el cuadro de prestaciones, el SLK 350 sí acelera con rapidez y para el conductor es muy sencillo hacerlo en cualquier circunstancia: sólo tiene que pisar a fondo el pedal del acelerador. Eso significa que siempre que necesite mucha aceleración podrá disponer de ella.
Los frenos dan un buen servicio; no destacan ni por buenos ni por malos. El tacto es bueno y normal la resistencia al uso intensivo.