La versión con cambio automático que he probado tiene una caja de siete relaciones.
Existe la posibilidad de seleccionar marcha manualmente con la palanca situada en la consola central o con las levas, opcionales, situadas en la parte posterior del volante y que por tanto giran con él. Cada leva sirve para subir y bajar marchas. El extremo más cercano al aro del volante sirve par pasar a una marcha más larga, el más lejano para reducir. Sólo es útil en carreteras rectas, en las que normalmente se va bien con el cambio en posición automática. A mi juicio no está justificado pagar los 281 euros que cuesta esta opción.
En el SKL 55 AMG, según el libro de instrucciones, la tecla situada a la izquierda del volante sirve para reducir marchas y la situada a la derecha, para subir marchas. Creo que sería más útil este sistema en todos los coches, pero no lo he probado.
Si se utiliza la palanca situada en la consola para pasar de una marcha a otra, hay que desplazarla en dirección transversal a la marcha. Para subir de marcha hay que acercarla al asiento del acompañante. Para reducir, tirar de ella hacia el conductor. La palanca queda muy retrasada, para mi gusto, y demasiado cerca del cuerpo del conductor.
Aunque el cambio esté en posición manual, con el kick-down se reduce marcha. Esto me parece muy útil porque, cuando se necesita aceleración es bueno poder conseguir la máxima en el mínimo tiempo posible. Esa necesidad la expresa claramente el conductor al pisar a tope el acelerador.
Por el contrario, el sistema no pasa a una marcha superior al llegar al límite de revoluciones. También tiene sentido, si bien en pocas ocasiones y en conducción muy deportiva. Es posible que ante la llegada inminente de una curva no se quiera pasar a una marcha superior y dejar el motor por un instante al régimen máximo de revoluciones.
Nunca antes había conducido una caja de cambios de siete relaciones. En carretera de curvas se circula muchas veces en cuarta incluso cuando se pretende ir rápido en curvas poco rápidas. En todo el recorrido que he hecho con el coche sólo he utilizado la segunda al arrancar, como paso intermedio al pasar de primera a tercera. Pero una vez en marcha nunca más he recurrido a la segunda. Incluso en curvas lentas, si se pasa un poco rápido, la tercera es suficiente. Es posible que en paellas muy cerradas tenga sentido poner segunda, pero no he vivido ninguna situación así.
Me da la impresión de que con motores menos elásticos, con menor potencia a bajas revoluciones, se saque más partido de una caja de este tipo que en motores con un amplio régimen de utilización, como es el caso del motor de este Mercedes-Benz. Lo cierto es que no le he encontrado mucha utilidad a esta caja de siete marchas; seis me parecen suficientes en este caso.