He probado el Jaguar S-Type 2.7 D con suspensión de serie y con la pilotada «CATS» (iniciales del inglés Computer Active Technology Suspensión) capaz de variar automáticamente la dureza de los amortiguadores dependiendo de diversas variables. Es una opción que cuesta 1.040 €.
Es muy interesante, dado que con ella el S-Type 2.7 D gana en todos los sentidos. Es más cómodo en algunos casos y queda en un plano muy parecido a sus rivales en estabilidad, algo que no alcanza con la suspensión convencional.
La suspensión original es blanda y no da mucha calidad de amortiguación. La carrocería va muy «suelta» y ciertas irregularidades de la carretera provocan movimientos de balanceo y de cabeceo que en ocasiones pueden ser molestas para los ocupantes y hacen al coche menos satisfactorio de conducir.
En un recorrido por curvas con un S-Type (con suspensión y ruedas de serie), un BMW 530d y un Audi A6 3.0 TDI, las diferencias entre los modelos alemanes y el inglés eran notables. El Audi A6 es el más fácil de conducir que cualquiera de los otros dos y el de mejor tacto; el BMW (con dirección activa) es un poco más ágil (pero puede ser más violento en circunstancias extremas). El Jaguar con la suspensión original entra muy bien en las curvas (es poco subvirador) pero tiene un apoyo de peor calidad en las curvas y está peor amortiguado lo que da a su conductor menos confianza que los otros tres rivales citados.
Con «CATS» el coche pasa a estar bien amortiguado y a ser más agradable de conducir; también va más duro, pero no es más incómodo. Nuestra unidad de pruebas tenía las ruedas opcionales Pirelli P Zero Assimetrico 245/40 ZR 18 97 Y, sin embargo, creo que la mejora que he notado con respecto a la primera unidad que conduje (con ruedas Pirelli P6000 Powergy 235/50 ZR 17) creo que se debe más a la amortiguación que a las ruedas.
En cualquiera de los dos casos, la dirección tiene un manejo muy suave. Me parece muy cómoda para ciudad (aunque no tanto como la activa de BMW). Aunque tiene asistencia variable en función de la velocidad, es ligera yendo deprisa, pero es una característica a la que no cuesta acostumbrarse (al menos a mi no me costó). Su tacto es normal: no es tan bueno como el que tiene un Audi A6 o un Clase E. La dirección activa de BMW no me parece que tenga un tacto extraordinario en carreteras rápidas.
El control de estabilidad cumple bien su función, aunque en fuertes apoyos se puede notar que entra en funcionamiento antes de que se produzca una situación delicada. Cuando se desconecta el control de estabilidad también lo hace el control de tracción.
En la versión con cambio manual y con los neumáticos Pirelli P Zero la motricidad parece buena, al menos sobre suelo seco. Esta apreciación en un coche de 207 CV, quiere decir que lo normal es que no sobrevire a la salida de una curva incluso en marchas cortas si el conductor tiene un mínimo de sensibilidad, pero lo puede hacer si el asfalto no es muy adherente o se pisa sin contemplaciones el acelerador (o si este gesto va acompañado de un movimiento de carrocería que dé mucha inercia). Es algo que pasa completamente desapercibido si se circula siempre con el control de estabilidad conectado.