En Honda han pretendido con el Civic Type-R ofrecer un deportivo «radical», y lo han conseguido.
Puede ofrecer sensaciones fuertes al volante por tres causas. En primer lugar, porque el motor tiene un funcionamiento sobresaliente y empuja lo que podemos esperar de un coche de 200 CV y más. En segundo lugar, porque la dirección, el cambio y los frenos está muy bien calibrados y ofrecen un tacto muy deportivo. En tercer lugar, porque las suspensiones y el chasis reforzado aportan una estabilidad ejemplar y máxima eficacia.
El motor es una delicia a cualquier régimen. Su sistema de distribución variable i-VTEC funciona bien de verdad. Desde bajas vueltas y en cualquier marcha tiene un empuje excelente. Si a bajo y medio régimen ya muestra un carácter fuerte, lo mejor aparece cuando la aguja del cuentavueltas alcanza 6.000 rpm. En ese momento, el sonido aumenta y notamos como el motor sube de régimen con una energía extraordinaria hasta alcanzar la zona roja, a 8.000 rpm. El tirón entre 6.000 y 8.000 rpm es embriagador, una delicia para el conductor que busca prestaciones, pero también muyelástico.
El cambio de seis marchas, con unosdesarrollos cortos y bien escalonados, permite aprovechar todo su potencial a la perfección y el accionamiento de la palanca de cambios destaca por su tacto rápido y preciso.
También me han gustado mucho los frenos, por su potencia, mordiente y resistencia al trabajo exigente. La frenada se puede dosificar fácilmente, pero el recorrido inicial del pedal no manda presión y por eso no es redondo del todo. Si desde el primer momento tuviera el mismo tacto que al final, el recorrido del pedal sería más corto y tendría el tacto propio de la frenada en un coche de carreras.
La dirección es eléctrica y su grado de asistencia parece bueno. Es directa y precisa (2,7 vueltas de volante) y transmite bien la información al conductor sobre el agarre de las ruedas directrices. Me ha dado la sensación de que el Civic Type-R tiene un radio de giro amplio y no es especialmente ágil a la hora de maniobrar. Por otro lado, cuando en marcha giramos muy ligeramente el volante a derecha o izquierda no se autoalinea convenientemente.
El trabajo realizado en las suspensiones es excelente para realizar una conducción deportiva a tope. Como son duras, no es especialmente cómodo, pero tampoco insufrible. Pisa con mucho aplomo y tiene unas reacciones vivas pero fáciles de crontrolar. El eje delantero entra en las curvas con eficacia y el eje trasero se aguanta muy bien en apoyo. Se descoloca cuando el conductor lo provoca, o si levantamos bruscamente el pie del acelerador en medio de un fuerte apoyo. En curva apenas se aprecia balanceo de la carrocería, aunque en las muy cerradas y en marchas cortas, la energía de sus 200 CV llega a comprometer ligeramente lamotricidad. En tal ocasión pierde un poco de tracción, pero tampoco nada desproporcionado. La cosa debe cambiar sobre agua, situación en la cual debe agradecerse un control de tracción. Undiferencial autoblocante redondearía su eficacia, aunque tampoco parece inicialmente necesario para circular por carretera.