La relación entre confort y estabilidad que tiene el Honda Accord 2.0 es muy buena. Hay muchos coches así de cómodos, pero hay pocos que —además— tengan la estabilidad y el tacto de conducción tan bueno como este Accord, con una suspensión confortable (que no blanda).
Es un coche ágil en curva y que reacciona con prontitud a las solicitudes con el volante. Es tan satisfactorio en carreteras amplias y despejadas como en estrechas y retorcidas carreteras de montaña. En cualquier circunstancia el Honda Accord permite ir muy deprisa con total facilidad, a pesar de su tamaño.
Todos los mandos en los que tiene que concentrarse el conductor (volante, pedales y cambio de marchas) tienen una buena calidad de manejo.
La corta palanca de cambios tiene unos recorridos cortos y suaves. Es muy difícil no engranar la marcha con eficacia y casi imposible fallar un cambio. El pedal del acelerador está articulado en el suelo y la dirección tiene 2,8 vueltas entre topes.
Los frenos detienen al coche en muy pocos metros y muestran una resistencia suficiente al uso duro y continuado. Si se le exige más de lo habitual para una carretera abierta se puede notar cómo el pedal baja más de la cuenta y disminuye poco a poco su capacidad de detener al coche. Los discos delanteros de freno de la versión «Sport» tienen 300 mm de diámetro (igual que en el 2,4 de 190 CV), frente a los 280 mm de la versión «Confort».