El motor de dos litros de cilindrada y 155 CV de potencia da unas prestaciones buenas, tiene un consumo más bien bajo y emite poco ruido.
Según las mediciones de km77.com, el Honda Accord 2.0 i-VTEC es de las berlinas más rápidas entre las que tienen una potencia semejante y motor atmosférico, sobre todo en capacidad de aceleración. Las versiones con turbo o compresor como el Skoda Superb 1.8T(150 CV), el Saab 9-3 Sport Sedán 1.8t Ecopower (150 CV) o el Mercedes C 180K (143 CV) son más rápidas.
Tiene una respuesta al acelerador enérgica desde poco más de 1.000 rpm hasta unas 6.900 rpm, que es cuando corta la inyección. Es de esos motores que permiten circular en marchas largas por ciudad y con sólo pisar el acelerador da aceleración suficiente para ganar velocidad con soltura. Sin embargo, la respuesta que es capaz de dar este motor aumenta a medida que sube de régimen. A partir de unas 4.500 rpm, se nota con mucho nervio y sube de régimen con rapidez y sin vibrar.
Según Honda el motor da la potencia máxima a 6.000 rpm (155 CV), pero pasa de este régimen hasta el corte de inyección (6.900 rpm) sin notar ninguna pérdida de potencia ni pereza en su giro; es recomendable utilizar tan a fondo el motor en situaciones donde sea necesaria la máxima aceleración.
Es un motor muy silencioso y suave en todas las circunstancias. Al acelerar a fondo, tiene un sonido grave muy bonito que se hace poco patente en el interior. El motor tiene un sistema electrónico de protección que impide pasar de 4.500 rpm cuando el coche está sin ninguna marcha engranada y parado. En marcha y sin ninguna marcha engranada sí puede pasar de este régimen; esto sirve para —por ejemplo— hacer el punta tacón.
El primer consumo que he medido fue por carreteras amplias a un ritmo de entre 130 y 140 km/h de velocidad real (entre 3.700 y 4.000 revoluciones de tacómetro), sobre un recorrido de 163,2 km y con más circunstancias desfavorables que favorables; gastó 8,3 litros de media.
El siguiente consumo fue sobre un recorrido de 440 kilómetros, un 60% de ellos hechos por carreteras de montaña (con frecuentes aceleraciones a fondo y otras veces más suave) y autovía (a un ritmo muy rápido). El resto en ciudad con tráfico denso y por carretera a ritmo suave. El consumo medio fue 9,9 litros.
El último consumo medido fue en autovía sobre 240 km en un recorrido de ida y vuelta sobre la misma carretera y a un ritmo muy rápido. El gasto medio sólo fue 10,7 litros. Este no es, desde luego, el consumo más alto que se puede obtener, pero no es fácil gastar mas en un recorrido largo y representativo (donde a veces hay que ir despacio por el tráfico) como el comentado.