No es un coche refinado, aunque no hay diferencias determinantes o que puedan justificar una compra si lo comparamos, por ejemplo, con un Peugeot 307.
Sí encuentro ciertos aspectos que han mejorado con respecto al Focus anterior, pero no hay un claro paso adelante como el que hay entre un Citroën Xsara y un C4. Un Opel Astra también es mejor en este sentido.
A diferencia del Focus anterior, en el nuevo hay superficies que están acolchadas (como la mitad superior del salpicadero) o la parte superior de las puertas delanteras. Por el contrario, las traseras en esta misma zona, tienen una superficie idéntica a la vista, pero de peor calidad al tacto; es un plástico completamente duro.
El resto de los materiales son sencillos. Los botones o los mandos giratorios no son de plástico pintado (salvo en las ruletas de salida de ventilación), cuando en otros coches sí lo son. Los fondos de los huecos porta objetos no están tapizados. El interior de la guantera tampoco está tapizada y cuando la puertecilla está abierta quedan dos tornillos a la vista.
Si bien los materiales utilizados no son exquisitos, el ajuste entre las diferentes piezas de plástico que componen el interior sí dan una sensación positiva.
Tiene cuatro asideros en el techo con movimiento ralentizado para que no golpeen el techo cuando se sueltan. Al menos en esta versión, los quitasoles de las plazas delanteras no tienen iluminación. Sólo hay un plafón de iluminación en las plazas delanteras, pero no tienen proyector de luz de lectura.
Como en otros modelos de Ford, el cristal delantero tiene pequeñas resistencias eléctricas que son especialmente útiles cuando hay hielo (no hay que rascar). La raqueta del portón trasero barre una superficie más bien pequeña teniendo en cuenta la superficie de la luna. Cuando el portón trasero está abierto queda lejos del suelo.
El maletero tiene los elementos funcionales habituales. Me ha parecido justa la calidad de realización de las cuatro fijaciones para redes o cuerdas que hay en cada extremo de maletero. Se trata de cuatro barras de metal soldadas en el suelo, sobre la chapa. A estas fijaciones se accede mediante unos cortes practicados en la moqueta que recubre el dicho suelo. En otros coches estas fijaciones suelen ser argollas, más cómodas de utilizar y en ocasiones tienen hasta terminación cromada.
También hay cuatro ganchos de plástico para colgar bolsas y dos cintas elásticas en los laterales (fijadas al tapizado). No hay un compartimento separado para el botiquín o los triángulos. La rueda de repuesto es de medida de emergencia.