La versión menos costosa del A3 TDI 130 vale casi 4 millones de pesetas; es una razón para rechazarlo. El coche, sin embargo, tiene cualidades que bastan para que comprarlo no sea un «error». Todo depende de cómo valore el cliente su dinero y su coche. Quien quiera algo de este tamaño, así de rápido y económico, tiene el Seat León TDi 150 CV, que cuesta 3,4 millones con un equipamiento similar. Quien, además, quiera un coche minoritario, puede elegir entre el Golf GTi 150 CV (algo menos costoso pero no realmente más rápido) y este A3. De momento, no hay ningún otro modelo de este tamaño con un motor comparable.
Por lo que puede llegar a costar un A3 TDi 130 CV y en éste nivel de potencia hay coches mayores, como el Lancia Lybra 2.4 o el Peugeot 406 HDI. Los dos son más amplios y cómodos (especialmente el 406), pero ninguno es más rápido ni gasta menos.
Quien finalmente se decida por el A3 TDI, se lleva un coche de muy buen aspecto interior, funcionalmente satisfactorio, con un motor que tiene una relación prestaciones/consumo incomparable, de funcionamiento no muy suave, con poco espacio en las plazas traseras y maletero, ligeramente incómodo en esta versión, bueno en seguridad activa, con un equipamiento de serie escaso para el precio y con uno opcional extremadamente rico.
Para saber la hora casi no hace falta reloj, porque lo hay en los teléfonos, en los coches, en los ordenadores, en muchas calles y en las muñecas de otros. Los casos que quedan fuera del «casi» se solucionan con un reloj de 5.000 pesetas. Hay quien sostiene que cualquier compra por encima de esa cantidad es objetivamente injustificada, y hay quien se compra un Rolex, o varios. Incluso en un reloj, que sólo sirve para dar la hora, es difícil situar un término medio universalmente válido. En un coche es imposible.